EL RELOJ MARCABA LAS ONCE y en algún lugar de Surrey, Harry Potter estaba despierto. Su tía Petunia, tío Vernon y primo Dudley se habían ido a dormir una hora antes tras llenarse con postre, pasando una buena velada cerca de la chimenea. Y aunque Harry estaba un poco cansado, no podía dormir. Entre una aburrida Navidad que dejó mucho para desear y un estómago vacío, ¿qué niño podría descansar tranquilamente? No, Harry no quería dormir, estaba esperando por la oportunidad perfecta para salir de su alacena bajo las escaleras y disfrutar de lo que él consideraba ser una cena de Navidad apropiada.
Esperando que la casa entera quedara en silencio, Harry abrió cautelosamente la pequeña puerta de su "habitación". Dio un pequeño chirrido, haciendo eco cerca de la escalera y esperó a oír movimiento del segundo piso. Cuando no escuchó nada, salió por la pequeña abertura y fue de puntillas a la cocina.
La casa estaba casi a oscuras con excepción del pequeño fuego dejado a morir durante la noche en la chimenea. Harry entró a la cocina, apresurándose hacia el refrigerador donde tía Petunia dejó la mayoría de las sobras de la cena de Navidad. Sacó el gran plato que contenía asado y el bol de puré de papas. No le importaba si estaba frío, tenía mucha hambre.
A sus siete años, Harry era considerado delgaducho y desgarbado, porque estaba por debajo del peso adecuado para su edad. Hacía que su cabeza se viera muy grande para su cuerpo, y de paso, tenía el cabello negro más revoltoso que alguien alguna vez haya visto. Y la ropa gigantesca que le daban, que solía ser de su primo con sobrepeso, no ayudaba.
Lucía como alguien salido de una producción de Oliver Twist. Era irónico el hecho de que fuera un huérfano. Sus padres murieron en un accidente automovilístico cuando tenía poco más de un año. No sabía cómo se veían y no recordaba algo sobre ellos. Pero cuando sus tíos se enojaban con él, les gustaba recordarle a Harry lo mucho que se parecía a sus padres. De alguna forma, se suponía que eso era un insulto.
Justo esa tarde, cuando la familia estaba reunida alrededor del árbol de Navidad abriendo regalos, le dijeron a Harry lo mucho que se parecía a su padre, un idiota orgulloso que era desagradecido, simplemente porque Harry se atrevió a preguntar por qué Dudley recibió regalos para Navidad cuando él solo recibió calcetines y ropa vieja de Dudley de nuevo. Miró cómo el rostro de tío Vernon se volvía púrpura, luciendo como una gigantesca uva.
Y un minuto después de ser regañado por no ser agradecido por lo que se le daba, Harry fue enviado a "su habitación". Cuando sirvieron la cena, no pudo probar el asado que estuvo oliendo todo el día, sino viejas y frías gachas de avena. Intentó comerlo, pero la pegajosa textura fue suficiente para hacer que se atragantara, y cuando tía Petunia vio que no lo comió, lo regañó de nuevo. Y se le dijo a Harry que, hasta que no terminara las gachas de avena, no le darían nada más.
Pero ahí estaba Harry, sacando un par de pedazos de asado. Lo suficiente para que no sospecharan que comió. Tomó un par de de cucharadas del puré de papas y uno de los rollos de pan. Mientras comía, Harry estuvo atento para asegurarse que nadie estuviera bajando las escaleras.
ESTÁS LEYENDO
𝐓𝐡𝐞 𝐆𝐮𝐚𝐫𝐝𝐢𝐚𝐧 ⟶ Harry Potter AU [ESPAÑOL]
Fanfiction❝Si con mi vida o con mi muerte puedo protegerte, lo haré.❞ El Elegido es secuestrado de la casa de los Dursley y resulta ser lo mejor que le pudo haber pasado. Obra original de kmbell92. Yo sólo traduzco.