Kihyun iba a tener la rabieta del siglo y no eran ni las nueve de la mañana.
Para alguien como Yoo Kihyun, que lo tenía todo controlado, la situación en la que se encontraba era enervante. Sobre todo porque tenía una prisa impresionante y todo aquello le estaba retrasando. ¡Tenía que cumplir su horario o su día estaría arruinado! Pero parecía que se había levantado con el pie izquierdo, porque allí estaba, agachado debajo de una mesa en el banco mientras gente a su alrededor lloraba por sus vidas porque una panda de siete criminales con peinados cuestionables, trajes de terciopelo y máscaras de payaso habían decidido que ese miércoles por la mañana era el mejor momento para atracar el banco. Kihyun no se lo podía creer, ¡menuda falta de respeto! Kihyun miró por milésima vez su carísimo reloj y se preguntó cuándo podría irse. Los payasos no parecían tener interés en hacerles daño, pues montar escándalo y disparar al techo sin motivo era lo único que estaban haciendo. Menudo circo.
Esto no le hubiera pasado si hubiera ido al banco el lunes, como había planeado la semana anterior. Sin embargo, cosas que estaban fuera de su alcance surgieron y tuvo que cambiar su visita al banco al miércoles. Kihyun suspiró, ¿podían los payasos llevarse el dinero ya? O... ¡Aún mejor! ¿¡Podía la policía hacer su trabajo y venir a hacer algo!? No era como si a Yoo Kihyun le sorprendiera la incompetencia de la policía, al fin y al cabo, vivían en Sadeg, donde el porcentaje de criminalidad era incomprensiblemente alto, como bien decían los medios. Kihyun, que no era nada tonto, sabía que el nivel de criminalidad en Sadeg era de esperarse. No era incomprensible ni sorprendente. En una ciudad como aquella, donde los superhéroes eran algo común, ¿cómo no iba a ser también común los villanos, ya fueran payasos atraca bancos o mocosos con capa que destruían media ciudad tras un mal día en el instituto? Los gobernadores de Sadeg se pensaban que la gente era tonta... Y Kihyun estaba de acuerdo, pero era un insulto ir diciendo esas cosas.
La mujer agachada a su lado no dejaba de llorar y moquear, y Kihyun, siendo como era, se vio obligado a rebuscar en su maletín y pasarle un paquete de pañuelos para que se limpiara.
ㅡNos vamos a morir, nos vamos a morir ㅡrepetía la mujer, cada vez más cerca de Kihyunㅡ. ¡Nos vamos a morir!
Kihyun estuvo a punto de taparle la boca para que dejara de gritar porque, por dios, los payasos podían estar tranquilos ahora, pero nada les impedía liarse a tiros. (Y si disparaban a la mujer por estar chillando, alguna bala acabaría en Kihyun y, sinceramente, tenía mucho trabajo que hacer, no se podía permitir ser atravesado por una bala). No hizo falta mandar a callar a la mujer, antes de que Kihyun pudiera decir algo al respecto, ella se le lanzó a los brazos en busca de protección tras una explosión al otro lado de donde estaban. Kihyun sintió un horrible ¡pop! en sus oídos y los dientes le rechinaron. Abrazando a la muchacha (porque Yoo Kihyun no era una bestia, la pobre lo estaba pasando mal, algo debía hacer para ayudarla), Kihyun esperaba que nadie hubiera salido herido por culpa de lo que fuera que hubieran explotado los sietes payasos idiotas.
De verdad, qué villanos más anticuados. ¿Un atraco en el banco? Por favor, qué poca originalidad. Si Kihyun hubiera seguido el camino del mal, como bien se lo planteó durante una ocasión durante la universidad, hubiera hecho cosas mejores que robar bancos. ¿Qué iba a hacer de todos modos con ese dinero? A Kihyun le podía faltar de todo, pero nunca dinero. No merecía la pena. Kihyun haría otro tipo de cosas, más elegantes, con finura, sin bombas ni trajes de terciopelo ridículos. Pero claro, Yoo Kihyun no era un villano. Sí, tenía algún superpoder escondido del que abusaba de vez en cuando, pero no era un villano. Su vida estaba bien como estaba, así que el camino del mal tampoco le llamaba demasiado la atención en aquel punto de su existencia. Sin embargo, el mal humor que le estaban provocando esa panda de atracadores le hizo replanteárselo... Luego pensó que sonaba muy aburrido y pretencioso que un mal día en un banco fuera la razón para convertirse en villano, así que lo descartó.
ESTÁS LEYENDO
Not so little you and I anymore
FanfictionKihyun, un atraco en el banco, superhéroes con capas y Hoseok; o la historia de Kihyun pensando que nada de eso hubiera pasado si hubiera ido al banco el lunes.