T r e c e

1K 95 2
                                    

Tensión. Así se sentía el ambiente entre el equipo en estos momentos. Una enorme nube negra se había posado en todos, y crecía cada vez más, a tal punto que hasta yo me puse tensa. Aoba Johsai había ganado y eso daba a entender de que serían nuestros próximos rivales en el siguiente partido que se avecinaba a la vuelta de la esquina. Las expresiones faciales de los chicos lo decían todo, absolutamente todo y comencé a notar de que este asunto era serio, muy serio.

Mientras los chicos descansaban unos minutos en un gimnasio a parte, yo miraba atenta el reloj de la pared y cada minuto que pasaba hacia que un escalofrío recorriera mi columna vertebral. Lo admito, estaba nerviosa a más no poder y ahora mismo mi sistema nervioso no era de mucha ayuda, siendo la quinta vez que iba a hacer pis en casi unos treinta minutos que llevaba sentada en un banco.

Shimizu me miraba extrañada pero yo solamente le decía que estaba bien, que no debía preocuparse por nada. Igual atribuía la locura de mi vejiga a la llegada de mi período, podía ser verdad, si, ¿me estaba mintiendo a mi misma?, también.

— ¡Nezuko-San!— escuche a lo lejos el chillido de mi novio.

Levante mi vista y asenti ante su llamado mientras aceleraba mi pasa aún pensativa. Mi ansiedad era terrible en estas situaciones y ya tenía más de mil escenarios pensados en mi cerebro mientras que la comezón empezaba a invadirme lentamente. Cuando llegue al lado de Kageyama me tomó del brazo de una manera suave pero fuerte y me llevó casi arrastrando a una esquina desocupada debajo de las escaleras.

Ya teniéndolo al frente mío empezó a ponerse nervioso y yo inmediatamente supe que algo andaba mal en este muchacho. Sus expresiones faciales daban mucho que decir algunas veces.

— ¿Qué pasa Tobi?— pregunté con un tono preocupado.

El muchacho seguía sin dar respuestas y cuando empezó a rascarse la nuca, insisti nuevamente.

— Dime que te pasa Kageyama Tobio.

Luego de unos dos minutos más, aproximadamente, el chico se dignó a hablar.

— Estoy nervioso. No le digas a nadie.

Suspire exhausta y rápidamente posicione mis manos en cada uno de sus hombros y lo sacudi un poco.

— Obviamente estás nervioso pero confío en ti y en todos— sonreí dulcemente.

Kageyama se rasco con su dedo índice las mejilla derecha y me miro fijamente  con una diminuta sonrisa.

— Lo se. Tenemos que ganar a toda costa—.

— Deben hacerlo. Sino no podrás callarle la boca a Ushijima-san— saque mis manos de mi hombros y ahora las puse al lado de mis cadera,de seguro parecía una jarra.

— También lo se pero aun así estoy nervioso.

Rode los ojos molesta y con mis manos agarré sus dos mejillas para acercar su hermoso rostro y darle un enorme beso, creo que lo necesitaba. No sé cuánto tiempo pasó, pero la alarma programada en mi celular que indicaba que ya era hora de ir a la cancha, sonó fuerte interrumpiendo este momento.

— Ojalá con esto se te hayan ido los nervios muchacho.

Me miro y sus mejillas aún seguían rojas, reí fuertemente mientras lo tomaba del brazo para comenzar a caminar mientras él seguía en su trance pensando quizás que cosas.

Llegamos donde estaba el equipo y me despedí de ellos mientras les deseaba suerte. Cuando ya no los tuve más enfrente de mi vista, suspire exhausta y una expresión llena de nerviosismo se apoderó de mi rostro.

Aoba Johsai era un equipo extremadamente fuerte, muy fuerte y con Kageyama lo sabiamos a la perfección, sobretodo aquel día que tuvimos que infiltranos como unos espías del FBI a la institución rival para ver a que nos enfrentariamos...

In Solitary // Kageyama Tobio [HIATUS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora