Tercer fragmento: capitulo 9

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Menthe.

Como es costumbre en el cumpleaños de Poseidón, este realiza una ceremonia para celebrar y todos los dioses están en la obligación de participar por orden de Zeus, incluido Hades.

El rey del inframundo no trajo a su Perséfone para evitarle una discusión y un mal rato con su madre, quien también estaba presente. La diosa de las cosechas estaba hecha un mar de lágrimas con su típico drama siendo consolada por su hermana Hestia quien la mira con lastima. Ese escenario le demostraba cada vez mas a Hades que había sido muy buena idea haberla dejado durmiendo en casa, eso si, tuvo que cansarla hasta que se durmiera como solo el sabe hacerlo para que no replicara y vaya que funciono.

Hades esta en una de las mesas de la esquina bebiendo una deliciosa copa de ambrosia; licor de dioses. A su lado esta Hera fulminando con la mirada a su esposo Zeus quien esta coqueteando con cuanta dama puede y ella no puede replicarle nada porque ella solita se lo busco al amarrarlo a ella a la fuerza. La diosa del matrimonio lleva un hermoso vestido con lentejuela dorada y con encaje dándole una imagen entre sensual e inocente.

—tu hermano es el peor de todos—dijo con furia la diosa aun sin quitar la vista de su esposo. Hades la miro de reojo con la copa en sus labios y dio un suave trago—no entiendo ¿Qué hice para merecer este sufrimiento? —dijo con dolor en su voz y Hades ahora si volteo a verla incrédulo.

—no me imagino que habrá sido—dijo sarcástico. Hera lo miro molesta.

—no fue mi culpa y lo sabes.

—claro, claro—dijo dándole por su lado y volviendo a tomar otro trago, la verdad es que estaba deliciosa sin duda Dionisio se había lucido esta ves con su licor.

—todos me ven como la villana de la historia cuando claramente soy una víctima mas— Hera apretó la copa en su mano y miro el liquido rosado y burbujeante con dolor y rencor—yo solo quería que el me amara.

—no se puede obligar a alguien a amar a otra persona—Hades la miro serio—pero eso ya lo sabes ahora—señalo con la cabeza a Zeus quien se perdió por un pasillo acompañado de una ninfa. Hera apreto los labios.

—mira quien lo dice—la burla se escucha en su voz—el dios que secuestro a una inocente jovencita para volverla su amante.

—yo no la secuestre como Demeter le ha hecho creer a todos—el pelinegro se encogió de hombros— ella vino por cuenta propia.

Hera lo miro fijamente a los ojos, buscando un pequeño brillo de mentira en el pero cuando no encontró nada suspiro—increíble—susurro indignada. Deméter la había engañado incluso a ella ya vería después como se desquitaba con su hermana.

Unos minutos después volvió a aparecer Zeus, pero llevaba la ropa desacomodada y el cabello desordenado, la diosa dejo caer su cabeza derrotada en la mesa y soltó en llanto—si pudiera cambiarlo de alguna forma te aseguro que lo haría.

Hades la miro con lastima—fue tu decisión y es tu castigo Hera, nadie puede huir de los tormentos que uno mismo se crea, ni siquiera los dioses.

—lo se—susurro lastimero—yo me gane esto.

—no puedes cambiar lo que hiciste, pero no es tarde para arreglar las cosas aunque sea un poco.

—y ¿Cómo hago eso? —la mirada de Hera era desesperada, ella quería terminar con su martirio de una vez.

—tu sabes la respuesta a eso, solo que no quieres aceptarla— Hera frunció los labios y miro a Zeus con melancolía.

—es ironico que yo sea la diosa del matrimonio cuando francamente mi matrimonio es una verdadera mentira—la castaña solto una risita seca. Hades suspiro.

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