Stella tuvo que hacer un gran esfuerzo por no quedarse dormida durante aquella horrorosa última hora en clase de Historia. Cuando sonó el timbre, se sobresaltó tanto que casi tiró los libros de la mesa. La chica de la mesa de al lado la miró y se rió, divertida. Cuando Stella se levantó para huír cuanto antes de aquellas miradas curiosas que la habían perseguido desde que había entrado aquella mañana en el instituto, la chica rara la paró.
- Hey, tú, la nueva!- le gritó desde atrás, en el pasillo.
Stella se giró y la miró seria. No tenía ganas de aguantar más gilipolleces durante ese día. Suficiente había tenido con aquellos dos pesados que la habían intentado persuadir para ir a una estúpida fiesta. Por qué no la dejaban en paz? Si estaba allí era porque sus padres la habían obligado, pero no pensaba poner de su parte para empezar aquella nueva vida a la que todo el mundo la forzaba. Sólo quería estar sola...con sus pensamientos.
Se fijó en la chica que la llamaba. Tenía el pelo teñido de verde, y lo llevaba corto por los hombros. Era menuda, bajita y delgada, y tenía un poco cara de duendecillo, con unos grandes ojos azul claro. Lo cierto era que parecía simpática, pero hacía tiempo que había aprendido a no confiar en las primeras impresiones. Se dio la vuelta y siguió caminando. Decenas de chicos y chicos salían en tropel hacia el exterior, y Stella se vio enseguida arrastrada por aquel barullo general. Necesitaba salir de allí cuanto antes, pero lo que le esperaba fuera no era mucho mejor. Su madre iba a ir a buscarla, y creía que así iba a seguir siendo durante mucho tiempo. Después de aquella noche hacía dos semanas en la que se había escapado y no había vuelto hasta el amanecer, su madre la había metido en una especie de encierro domiciliario. Le había quitado el móvil y sólo la había dejado salir de casa un día para ir a comprar algunas cosas para el instituto. Ciertamente a Stella tampoco es que le importase demasiado. Aquella noche de locura había merecido la pena. Aquellos ojos.... Había sido una situación tan extraña que incluso en aquello hubo algo de magia. Y no era algo que le ocurriera con frecuencia. Estaría Enzo buscándola ahora? ¿Y si la encontrase? ¿Quería que lo hiciera? No conocía la respuesta. Pero lo que sí que sabía era que necesitaba volver a sentirse tan viva como aquella noche en azotea. Como cuando se subió a aquel puente y sintió la adrenalina subir por el exófago. Iba a pasar mucho tiempo hasta que volviera a sentirlo, de eso si que no había duda.
El sol de mediodía la cegó durante unos instantes cuando atravesó la puerta principal. Sin querer, chocó con alguien de bruces y Stella tuvo que agarrarse a la barandilla para no caer. Varios grupos de personas se giraron para mirar, y un murmullo general atravesó el patio. La chica con la que había chocado estaba en el suelo, y se levantaba con ayuda de una de sus amigas.
- Lo siento, no te había visto- dijo Stella tranquilamente. Si las miradas matasen, Stella habría muerto mil veces tras ver la cara de la chica. Se sacudió la falda y señaló a Stella amenazadoramente.
- ¿Estás colocada o qué? ¿ Quien te crees que eres? Que lo sientes, já. Me parece que aún no te han hablado de mí- su tono era de superioridad. Genial, había topado con la gilipollas de turno de aquel instituto. Cualquier persona normal habría dicho 'No pasa nada, ve con más cuidado para otra vez'. Pero no, las chicas como aquella nunca dejarían pasar algo como aquello, que las humillaran en su propio territorio. Incluso aunque fuera sin querer. Pero seguro que tampoco estaban acostumbradas a que nadie les plantase cara.
- Oye, te he dicho que lo siento- Stella elevo el tono. No le iba a tolerar a aquella imbécil que la tratara como a una mierda.- No es mi problema si estás sorda. Quizás el tinte te ha traspasado las neuronas- Stella comenzó a caminar, las personas que las rodeaban se apartaron cuando pasó, observando la escena boquiabiertas
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FIRE
ChickLitLa vida de Stella se destruye de la noche a la mañana con la muerte de alguien muy cercano a ella. Alcohol, drogas...Ella cree haber perdido la capacidad de sentir y se adentra en un mundo peligroso en el que cree poder sentirse viva de nuevo, vivie...