Me encontraba en un salón de clases, sitio en donde debía rendir numerosos exámenes de fin de curso que podían darse de un momento a otro, inesperadamente: Era como si allí transcurriesen varios días seguidos, cambiando constantemente la ubicación de las sillas, así como también mis compañeros de aula, que a veces eran niños, y luego adolescentes, pareciéndome unos cuantos de ellos conocidos, pero otros me resultaban unos completos extraños.
Recuerdo que dos de los exámenes que debía rendir eran sobre aritmética y astrología, sintiéndome yo con la mente en blanco al momento de responder las interrogantes de cada evaluación, pareciéndome que no había tenido tiempo de estudiar ninguna materia.
Los primeros resultados de las evaluaciones eran mostrados en una hoja pegada en un pizarrón, y desde ya temía lo peor, sobre todo cuando una compañera me dirigía una mirada de expresión fúnebre: Y sin embargo, al revisar yo los resultados, descubría sorprendido (Y aliviado) que había obtenido una nota aprobatoria, de quince sobre veinte puntos en el curso de astrología, a pesar de que no recordaba en absoluto las respuestas dadas en esa evaluación.
Me preguntaba además si acaso habría tenido igual buena suerte en los demás cursos, pero de golpe la situación cambiaba por completo, siendo yo convocado a asistir a un festival de cine neorrealista italiano, según anunciaba un afiche promocional.
Dentro de la sala de cine, la proyección de la película comenzaba con una introducción animada, con un estilo visual al de pinturas al óleo en movimiento, semejante al de los cortometrajes realizados por Gianluigi Toccafondo: Sobre un fondo verde claro, una cinta transportadora trasladaba una serie de botellas negras, las cuales luego se transformaban en un montón de hombres jóvenes desnudos de pálida piel, quienes danzaban dando giros con los brazos elevados al aire.
Dicha introducción animada seguía y seguía, prolongándose de manera tal que me daba la impresión de que esa era la película en sí misma, pero la proyección se vio repentinamente interrumpida al anunciársenos a través de un parlante que dejásemos la sala ante un inminente peligro de incendio, pese a lo cual, todos los presentes se mostraban absolutamente serenos, sin mostrar ni siquiera la menor inquietud.
Lo siguiente fue que yo y mis compañeros nos encontrábamos observando un episodio de Gravity Falls en un aparato semejante a un cajero electrónico.
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Diario de Sueños y Pesadillas
No FicciónPues eso, un diario de las cosas que sueño últimamente.