Capitulo único.

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Lo último que ví antes de morir fueron sus ojos color verde mirarme con tristeza al tener mi corazón atravesado por mis padres, aún así, y con las pocas fuerzas que me quedaban avance hacia ella extendiendo mi brazo para poder acariciar aún que sea su cabello. Fue en esos segundos en los que me arrepentí ser una vieja marioneta ya que no podía oler mucho menos sentir la piel ajena y como quería sentir su cálida piel blanca en mis manos, la primera vez que la vi llamo mi atención por su exótico cabello rosa que rápido relacione con los cerezos, sus ojos verdes llenos de determinación, su piel blanca que brillaba ante la luz del sol y sus delgados labios rosas.

¿Cómo una marioneta puede sentir deseos carnales? ¿Cómo podría sentirla abajo de mi haciéndome uno con ella sino tengo nada que me defina como hombre? ¿Cómo podría saborear su saliva sino tengo papilas gustativas?

Sakura Haruno si vuelvo a vivir te juro que lo primero que haré será buscarte y cumpliré hasta mi último deseo contigo.

La muerte se sintió como un suspiro de despertar, al cerrar los ojos me sentí mas ligero y como una película viví mi vida recordando cada error hasta llegar al momento de mi muerte dónde podía verla de nuevo. Así estuve en ese ciclo sin fin hasta que un día que volví a cerrar los ojos en mi muerte sentí una extraña sensación recorrer mi cuerpo causando me escalofríos que me hacía temblar, lo primero que hizo mi cuerpo como supervivencia fue temblar para entrar en calor. Al abrir los ojos note el cielo estrellado junto con un par de nubes que se despalzaban por el lugar ¿Dónde estaba? Volteo a mi izquierda notando al fin una sombra que se levantaba del suelo al notar que estaba despierto.

-Akasuna no Sasori, muerte a los 25 años.-aun que lo tenía cercas de mi no podía ver su rostro.- De entre todos tu fuiste el único que llamo mi atención.

Yo me quedé inmóvil sin saber con exactitud que decir, me sentía muy extraño porque mi cuerpo hacia cosas extrañas como temblar y hacer ruidos ¿Así se siente estar vivo?

-¿Quién... Eres?-mi voz salió en un susurro.

-Me conocen de diferentes maneras pero para que me entiendas mejor soy la muerte. Ahora escucha, tienes solo dos días para que cumplas tus últimos deseos y por fin puedas morir en paz.

Me quedé callado analizando cada palabra sin poder creer lo que decía ¿Esa persona era la muerte? ¿La muerte es una persona? Utilicé mis manos para levantarme hasta que sentí como algo se me clavaba en la mano haciéndome gruñir de dolor.

-Auch...-una piedra se me había enterrado. Me la quite con cuidado notando la piel ponerse roja hasta mostrar pequeñas gotitas de sangre, estaba encantado con esta nueva sensación que hacía mi cuerpo.- Había olvidado lo que se sentía el dolor.

-Tu cuerpo es un mortal así que te recomiendo que vayas rápido a cumplir tus deseos, pero, si cometes un error como matar a alguien el trato se romperá y quedarás en el limbo para siempre.-se alejo de mi caminando hasta perderse entre los árboles.

Lo primero que hice fue buscar la aldea más cercana para descansar ahora que tengo un cuerpo humano necesitare cosas esenciales como comer y dormir, para mí suerte, llegué tan rápido a una aldea que resultó ser Konoha.
Busque un par de monedas entre mis ropas para pagar por una noche un cuarto donde pude descansar, todo se sentía extraño y a la vez tan familiar.

-¿Será a caso que...?

Estaba solo en mi habitación y esto de las sensaciones me tenía abrumado que solo quería estar experimentando con mi cuerpo; recordé las conversaciones que tenía con mi estudiante Deidara sobre el sexo y como se comportaban el cuerpo del hombre.

-Con que esto es un pene.-era de un tamaño promedio aún que no sabía con que compararlo.

La idea de masturbarme era tentadora pero no sabía cómo iniciar eso porque mi parte estaba flácida ¿Ocurría algo malo con este cuerpo? Deje aún lado mi morbosidad para ir al baño a verme al espejo para saber que tanto había cambiado, para mí suerte, seguía pareciendo el mismo aún que mi piel es un poco más bronceada de lo que recuerdo.

Mi Único Deseo Es TenerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora