Sorpresa 1/2

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Eran las 10 AM, se había despertado y no pudo volver a dormir. Era un horario común y coherente, pero no tenía nada que hacer está vez, no sabía con que distraerse. Estaba muy ansiosa porque en dos horas estaría con Draco...

Tal vez... si leía su librito tan especial, y llevaba una frase podría participar de algo... o quizás podría llevarlo y pedirle a Draco que lo abriera en una hoja aleatoria, así el mensaje lo "elije" a él, en vez de al revés.

Ahora eran las 11:45, ya está subiendo las escaleras para llegar a la puerta principal del colegio.
11:50 llegó, Draco ya estaba allí.
- Draco, buenos días.
- Buenos días, Astoria. ¿Vamos? - le tendió su brazo, ella accedió y ahora se dirigían de nuevo adentro del castillo para ir a la otra salida en el campo "de atrás" por decirlo así.
- No vamos a ir a Hogsmade, si eso creíste. Primero quería que paseemos por acá, yendo con tranquilidad, recorriendo la naturaleza que no es para nada nueva para ambos, conversar aún sin detenimiento y simplemente estar.
- ¿"Simplemente estar"? estar... ¿juntos?
- Sí, ya sabés, haciendo sociales, conversando, debatir, discutir ciertos temas, hablar de cosas triviales hasta llegar al punto casi sensible de todos, sin ninguna maldad, solo es inconsciente... eso.
- ¿Cuántas novelas has leído? sonó muy cliché... - Astoria río
- Theo. - dijo Draco como si eso explicara todo, y en realidad no lo hizo, ya que la chica no tenía idea de como era Theo.
- Theo es de esas personas fantasiosas, que  habla lo justo en algunas ocasiones o habla de más en otras... de esas que guardan secretos "oscuros" - remarcó las comillas. - "Oscuros" porque en realidad no es nada malvado, sino de esos secretos que llegan a ser lujuriosos. Una faceta que pocos conocen de aquella persona... espero explicarme. - Astoria asintió.
- Como esas personas que parecen serias la mayor parte del tiempo y terminan siendo fanáticos de libros eróticos, que por dentro son personas libinidosas - fue más una afirmación que una pregunta, igualmente, el rubio asintió con una media sonrisa.
-En fin, él fue quien me dió la idea de esto. Aunque aún hay más, vení - Draco salió casi corriendo, Astoria iba detrás de él, riendo.
No tardaron mucho que pararon en frente de un montón de arbustos y árboles escondidos, Draco entró por ahí dejando sorprendida a la castaña. Nunca creyó ver eso.
Ella le siguió y ambos entraron entre los árboles.
Casi se cae de la impresión, sorpresa, emoción y felicidad. Ese lugar adentro estaba armado muy hermoso. Era como un picnic, con poquitas nubes en el cielo, un sol que iluminaba sin causar tanto calor.
Había velitas redondas en el mantel del suelo, con un aroma realmente exquisito, más la comida que ya estaba preparada, era la misma de siempre, supuso que agarró del Gran Comedor. No le molestaba en absoluto eso, porque ya dónde estaba y con quién hacia que su experiencia y día sea completamente distinto.
Cuando por fin logró salir de su impresión, vio a Draco ya sentado mirándola con dulzura. ¿Qué - estaba - pasando? movió la cabeza en modo de negación así misma y se sentó frente a él.
Se sonrieron y sin decir una palabra, con solo miradas que dijeron todo, se dispusieron a comer.
Comieron en silencio, no sabían de que hablar, nunca habían estado tanto tiempo juntos y no sabían cómo empezar una conversación, pero ese silencio no era para nada incómodo. Ambos estaban cómodos.
Ya cuando terminaron Astoria se acordó de su libro. Buscó en su bolso su pequeño gran libro y lo sacó.
Draco la miró intrigado, Astoria estaba extendiéndole ese conjunto de hojas pequeñas.
- Abrilo, en una hoja aleatoria, donde creas que tu intuición te diga que es esa hoja que deberías leer. - dijo una vez que Draco lo tomó.
Y así hizo. La frase que salió fue esta;

Lo más importante no es dónde estamos sino en qué rumbo nos dirigimos. Para llegar al puerto del Paraíso a veces hay que navegar a favor del viento y otras en contra, pero hay que navegar, no ir a la deriva ni echar anclas.
                                Oliver W. Holmes Jr.

Draco la leyó en voz alta, pero su voz se apagó un poquito al final. Acababa de presenciar un estilo de aquellas cartas en vivo, leyendola él directamente. Iba justo con él y aparte había encontrado a alguien que podría ayudarlo a navegar esas aguas... pero... ¿ella sería capaz? ¿realmente lo ayudaría?

No te rindas; DrastoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora