El sabor de tu boca lo guardo en mi boca.
Lo guardo como el niño que guarda caramelos
en su pequeño bolsillo con las manos sucias...
Lo guardo como el avaro que guarda sus monedas en huecos fríos y pestilentes...
Lo guardo como la madre sollozante guarda la foto del hijo perdido.
Lo guardo como el amante que guarda las cartas perfumadas de sus conquistas,
en cofres llenos de moho y gemidos de alcobas...
Pero he besado también otras bocas,
y mi boca,
mi terca boca,
solo guarda el sabor de tu boca...