❥Corazón de Bombón

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Tú...

Tú mi inspiración
Receta de pasión
Amor sin condición, siempre...

Se derrite el corazón
Tan sólo con una mirada

Son tus besos, es tu voz...

Que tienen mi alma enajenada...

❥ෆ❥ෆ❥ෆ

Eren lo ha enamorado.

Realmente no es sólo que lo haya enamorado, porqué a su parecer fue más haber sido atrapado.

Entre la celda de unos ojos jade. Con sus cabellos castaños largos que en ciertas ocasiones le provocaban cosquillas. En la piel más perfecta y acaramelada que en su impredecible vida haya tenido la oportunidad de tocar, besar y hasta gozar.

Eren lo a vuelto un manojo de emociones desbordantes.

Pero el de mayor estatura no se puede quedar atrás.

¿Cuánto lucho por un primer beso de los labios de Ackerman?. ¿Cuántas palabras dulces y sueños que con esfuerzo logró, solo para demostrarle el valor que en su vida provocaba?. Fue la etapa más dura que alguna vez tendría Eren, pero el final fue satisfactorio; ahora podía grabar en su corazón que Levi era suyo y de manera viceversa él mismo de su ojiazul.

Levi no negaría que lo mejor que le habría podido pasar, fue conocer al moreno en los comienzos de su vida. Siendo americano y al haberse mudado a Berlín —decisión de su madre— el lenguaje se le dificultó bastante, pero gracias a todo el universo que el inglés fuera tan globalizado. Al ser el estudiante de intercambio con una personalidad reservada pero misteriosa, a Eren no le quedó de otra que tratar de volverse su amigo.

Por esa razón existía el dicho «la curiosidad mato al gato».

Que odiosos y antipáticos podían llegar a ser, sus fuertes caracteres chocaban si algo era de su disgusto y luego volvían a sonreír como si nada hubiera ocurrido. Pero solía ocurrir que el de piel lechosa durará un tiempo de más enfadado con él.

— Eren... — tan solo ser nombrado provocó un movimiento mecanizado. Dio la vuelta respondiendo con su perlada sonrisa, y en menos de lo que se esperaba un abrazo de lo más abrigador se realizó— Tardaste más de lo esperado, creí que no se retrasaría el vuelo.

— Yo también te extrañe — el moreno conocía perfectamente la forma de expresarse cuando las miradas caían y su pareja se cohibía.

Luego de un mes completo en Alemania, los dos amantes se reencontraban.

El aeropuerto con su aire acondicionado producía un olor a tienda agradable, eso sin mencionar las incontables decoraciones de Cupido y corazones por doquier... Es que se podía sentir y ver que el día era especial.

Sus sentimientos no pudieron contenerse en esos años de forjamiento académico, convirtiéndose en pareja a mitad de la secundaria, para dar rienda suelta al romance en la preparatoria y la universidad. Tras terminar los estudios, una de sus diferentes metas era vivir en Estados Unidos, ¿Qué mejor que la ciudad de San Francisco para evolucionar sus vidas?.

Amor, sabe a Chocolate ¦ EreRiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora