Sergei sabía que algo no iba bien. Algo dentro de él le hacía caminar cuál sonámbulo por las barracas de la base.
Se había despertado de imprevisto de un sueño obscuro y viscoso, que cual alquitrán espeso lo sofocaba y engullía violentamente.
Se levantó de su camastro y se sorprendió al notar que estaba equipado con todo su equipo reglamentario de combate.
Salio de su barraca y se encontró con que toda la base estaba vacía. Tampoco estaban los vehículos de combate, tanques y lanzacohetes... Se habían llevado todo.
Recorrió todos los edificios gritando y buscando a alguien que le diera una respuesta de lo que había pasado.Sergei recordó que aquella base estaba situada cerca de unos de los principales puentes que llevaban a la ciudad capital. Así que tomo la decisión de encaminarse a la salida y preguntar a los guardias de la puerta.
Cuando estaba a punto de llegar a la reja que delimitaba la zona militar se dió cuenta de dos cosas que le helaron la sangre.No había guardias en la entrada que estaba abierta de par y el sonido de la ciudad, que siempre era la parte que más destacaba cuando uno llegaba a la salida, se había detenido.
Estaba a un paso del botón instalado en la pared que hacía que la verja superior callera poniendo en encierro la base, cuando un tanque de combate T-90 cruzó a toda velocidad derrapando y desprendiendo parte del pilar de la puerta.
Uno de los soldados que sobresalía del T-90 le gritó a Sergei:
- CIERRA LA MALDITAS PUERTASSergei impresionado presionó el botón por instinto.
Las rejas callejón en un segundo... Y un segundo después una masa negra con apéndice y garras la golpeó con tanta fuerza que casi la hace pedazos.
Sergei corrió tanto tan rápido como se lo permitieron sus pies. Su compañeros había bajado del tanque y corrían a refugiarse dentro del cuartel mientras tomaban posiciones defensivas para detener a los xenomorfos.
Sergei volteó para ver qué tan cerca tenía a las criaturas cuando una mancha negra cruzó su vista periférica... Los xenomorfos lo había pasado de largo y iban a por sus compañeros.
Los soldados abrieron fuego mientras Sergei se lanzaba a un lado para evitar los disparos. Rodo por el suelo mientras grandes zarpas negras lo evitaban.
Se incorporó de un salto y se dirigió a su barraca por su subfusil.
Cuando estaba a punto de alcanzar su barraca unas garras negras le eclipsaron la vista y la obscuridad lo trago entero.
Fin del primer sueño más vivido que he tenido en años. Fue muy interesante ver a un xenomorfo de tan cerca, creo que algo con lo que mi mente a fantaseando por mucho tiempo. Estén pendientes para más sueños locos. 👋
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Fracmentos de vidas incompletas
RandomLos sueños más vividos que se han quedado en mi cabeza.