💗Capítulo 4💗

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A veces no comprendo los gustos de las personas. No comprendo sus gustos y no comprendo los míos. No comprendo cómo el estereotipo de chico popular rompe corazones, con una sonrisa de mierda y una actitud aún más de la mierda, puede atraernos como abejas estúpidas a la miel.

Y digo: puede, porque lamentablemente caí en el estereotipo de fantasear con alguien así, de querer a alguien así. Damián Taylor representaba todo eso. O al menos en mi mundo era el chico perfecto.

Una vez leí que a las mujeres nos gustaban ese estereotipo por cuestiones antiguas de supervivencia. A las mujeres cavernícolas les atraíamás un hombre grande y fuerte, con barba y que fuera capaz de cazar con fiereza. Según lo que leí, algo de ese instinto aún prevalece en nuestro sistema y tendemos a buscar al hombre con apariencia o comportamiento más fuerte en busca de protección.

Cuando lo leí me pareció una estupidez. Y aún lo hace. Pero ahora considero dos cosas:

¿En verdad buscaba proteccióninconscientemente de un chico delgado y alto que presumía su reputación con las mujeres y su pasado, según él,"criminal", como si fuera su mejor logro en la vida?

Si en verdad es cierta esa teoría, qué falta de inteligencia teníamos en la antigüedad... Y qué falta de inteligencia tuve. Porque, pensando en la retrospectiva, prefiero a un cavernícola con poco lenguaje, piel sucia, barba hasta el ombligo y aliento a la boca de Alex. Antes que volver a caer en un sueño que solo pasa en los libros y en las películas de baja calidad.

Y es que con Damián me di cuenta de la segunda cosa:

Yo no buscaba protección, no buscaba cumplir una fantasía o estaba enamorada de la idea de ser su novia. Yo buscaba salir de los problemas aferrándome a una persona que me botó a la basura tan rápido como la próxima conquista le dijo que sí.

Yo, como mi hermano con las drogas,buscaba una salida. Mi hermano terminó preso por buscar algo que con el tiempo se supera y se aprende. Yo terminé presa de una maldición mucho más fuerte que la que me atormenta cada catorce de febrero. Esa maldición que todos sufrimos: Mi mente.

La maldición de pensar mucho me persigue. Y lo seguirá haciendo por mucho tiempo.

Cabello rubio. Cuerpo formado por el deporte y espalda ancha. Mirada retadora y carácter de mierda. Un tatuaje en su tobillo izquierdo de un dragón que no tenía ningún significado, pero que inventa miles de historias sobre este, solo para hacerse el interesante. Ojos oscuros como el chocolate y cierto lunar atrayente cerca de su ceja derecha. Así era y es Damián Taylor.

Pero hubo un tiempo en donde ese carisma y sexy mirada, eran opacadas por inseguridades, eran opacadas por fuertes manchas rojas, por granos intensos y ojos inseguros de apreciar hasta su propia sombra. En ese tiempo lo conocí. Conocí al verdadero chico detrás de esa actitud.

Se convirtió en un gran amigo y con el tiempo se convirtió en mi Crush. En mi último año de preparatoria fuimos un apoyo mutuo para cada uno, él me ayudaba a salir de la tristeza que atravesaba después de la muerte de mi madre y el arresto de mi hermano, y yo lo ayudaba a superar esas inseguridades; fue un tiempo en el que, aparte de Sofí y Niall, sentía que no me quedaba sola poco a poco.

Nunca fui de muchas amistades y el hecho de que ese chico que yo consideraba perfecto, apesar de su notoria inseguridad con su rostro, fuera mi amigo, era casi inimaginable. Pero todo cambia y cuando ingresé en mi primer día en la universidad de la florida, todo lo que conocía de ese chico desapareció de un momento a otro. Fue casi sorprendente el giro de ciento ochenta grados que dio la vida de Damián.

No Todo Pasa el 14 de Febrero  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora