𝑙𝑎𝑠 𝑙𝑎𝑔𝑟𝑖𝑚𝑎𝑠 𝑑𝑒 𝑁𝑖𝑥 ━━ ᵇˡᵒᵒᵈ ᵒᶠ ᶻᵉᵘˢ

Capitulo cinco

𓅓 𝙇𝙖𝙨 𝙡𝙖𝙜𝙧𝙞𝙢𝙖𝙨 𝙙𝙚 𝙉𝙞𝙭.

       En el Olimpo yacía en una calma sorpresiva, era solo Nix recostada en el kline que estaba cerca de la terraza de su habitación oscura degustando de unas uvas, las cortinas negras no dejaban que la luz del día entrará con intensidad, a su lado estaba una mesa griega donde estaba el plato de frutas que comía con placer y su copa de vino.

Sin su velo y su esplendoroso vestido, Nix estaba vestía solo un sencillo pero elegante vestido, en su cabello solo yacía joyas y un símbolo de la luna en su frente, su rostro no estaba tapado por ningún tipo de tela quedando sus finas y definidas ficciones en completa libertad.

Habia atendido todos los problemas de los astros los arranques de ira de Érebo eran fuertes, muy intensos al grado de poner en peligro la luminancia de algunos astros teniendo que corregirlo y el desconcierto de algunos de su batallón también se había  vuelto un asunto importante. Ahora solo era ella disfrutando la paz que estos problemas le quitaban, mientras que que sus sirvientas se encargaban de darle masajes y una sirviendo su copa, pero el escandaloso grito de Elanur la hizo rodar sus ojos.

— ¿Y ahora que ha pasado Elanur? — Pregunta con fastidio he hizo señas  sus demás ciervas para que se estuvieran y se levanta con pesadez.

— Discúlpeme mi señora — susurro tratando de disminuir su nerviosismo.
— Pero tengo que contarle algo desagradable.

— ¿Que problemas hay? — Volvió a preguntar con interés.

— Érebo está en Olimpo, vino a atacar al señor Ares, quiere matarlo — Nix abrió los ojos con asombro, sin decir más se coloca un velo cubriendo de nueva cuenta su rostro saliendo del lugar seguida por sus ciervas.

Los rayos del sol eran bastante molesto para Nix, solo camino unos cuantos pasos para ver desde una terraza una pelea entre Érebo y Ares, comenzó, sus ojos se iluminaron por la ira y el disgusto comenzando a oscurecer el sol hasta temblar el suelo del Olimpo por la liberación de poder.

    Estuvieron a nada de volver atacarse  pero una ráfaga de luz violeta los lanzo uno lejos del otro.

Todos los dioses del Olimpo salieron al escuchar los estruendos en la arena, encontrándose con embarazosa escena.

Nix apareció justo en medio de ambos entre el humo y el polvo, viendo a Érebo quien trataba de levantarse pero Nix solo lo hizo levitar lo dejo en el suelo en cuanto lo acerco a ella y sus ojos se volvieron normales

  — ¡¿Qué estas haciendo?! — Cuestiono molesta.

— Tú me lo prometiste Nix, yo siempre te fuí leal, y aún así me das la espalda. — Le reprocho — Todo... todo por ... Él — Señalo a Ares (quién se  levantaba del ataque mirando todo con sorpresa) mirándola con decepción.