Wally se encontraba en la casa del chico maravilla en su pijamada mensual. Siendo el anfitrión nuestro amigo pájaro.
Cabello de zanahoria observaba fascinado al pequeño en su pecho, en algún punto logró llegar a su cabello y entregar sus dedos entre sus mechones de cera.
Observó su rostro. Estaba en paz . Era como si no tuviese que preocuparse por nada. Como si fuese un niño normal que descansaba felizmente, sin preocupaciones.
Sonrió ante la idea. La idea en la que su niño no tuviera que arriesgarse cada noche para mantener la paz en la ciudad más peligrosa del planeta.
— Sería lindo.—Pensó en voz alta.