Nuestro falso amor

Capítulo 1: Un día de locos

No hay nada más doloroso que separarte con quien creciste e irte a vivir con un completa extraña, aunque esa sea tu mismísima madre. Pero todo es por una buena causa y con buenos resultados, en primera.....aun no tengo claro que es la primera, , en segundo estaré con mi hermano mayor y por ultima les daré espacio a Miriam y a mi papá para ellos solos. Nunca pensé que alejarme de mi papá me doliera tanto...pero duele. Mis padres se divorciaron por lo sano, sabían que no había futuro para su relación.

Mi padre, Adam Nova es el padre más maravilloso que puede existir en la vida. Él es dueño de su propia cadena de restaurantes en toda la República. Mi madre Penélope Castillo la doctora respetada en cardiología, que se la vive más en el hospital que en su casa.

Después de que se divorciaron, en lugar de vivir con mi madre me fui a vivir con mi papá al D.F y ahí estuve los mejores diez años de mi vida. Mi hermano Adam decidió a los diez años vivir con mi mamá y yo con mis precoces ocho años opte por mi papá y ni siquiera la de servicios familiares me convenció de lo contrario.

Mi papá logro muchos avances en su empresa y en el camino se encontró con Miriam Lee, la asistente personal más eficaz en su trabajo. Lo que al principio empezó como una relación de trabajo poco a poco se convirtió en una bonita historia de amor. Se casaron cuando tenía doce años. Fue tan hermoso. Miriam no es la típica madrastra que te hace la vida imposible, en ella siempre encontré a otra madre que me apoyara y principal que estuviera conmigo. Mi papá y ella intentaron tener hijos pero descubrieron que ella era estéril. Fue uno de los momentos más desgarradores que he vivido. Después de eso me acerque aun más a ella y nos hicimos inseparables, le dije que me podría considerar como su hija y yo como mi mamá. La adoro. No es mala. Es muy respetuosa cuando pido mi espacio. La quiero en verdad. Y si mi madre no puedo hacer feliz a mi papá no hay nadie mejor para él que ella.

Ahora estoy como que atrapada en mi nuevo hogar. No conozco a nadie más que los habitantes de esta casa, mi madre y Adam mi hermano. Mi vida esta en el D.F no en Veracruz. Estoy tan acostumbrada a las temperaturas bajas que al estar aquí me hace sentir como...mmm que me achicharro.

En un sábado común me hubiera ido con mis amigas a comprar libros, ver una película, comer en el centro, y por ultimo ir de compras. Pero aquí no creo que sea posible eso. Por ahora dedicare parte del sábado y del domingo en arreglar mi nuevo cuarto. Aunque este más lleno de cajas que nada. Pero mi misión será esfumarlas y cumplir con lo que le prometí a mi papá "Ser la mejor" aunque no creo poder. Siempre lo he sido pero cuando lo tengo a mi lado....

Mi cuarto lo pinte de blanco total y en una pared empecé a escribir frases de libros que me encantan. Lo primero que arme fue mi cama, con mi colcha favorita de trozos de diferentes cobijas, podrá ser asimétrica pero me encanta y me la hizo mi abuela antes de irse al cielo así que no se va. Mis cojines con frases de libros y con dibujos basados en libros. Soy una lectora.....no puedo evitarlo.

Me quedo mirando mi obra de arte más espectacular, mi armario listo y ordenado, es perfecto. Ordenado por color. Perfecto. Ahora lo demás es pan comido. Tomo las demás cajas y las llevo a la parte trasera de la casa. Camino rápidamente y antes de llegar a las escaleras me topo con el pecho de Adam.

- Hola hermanita - me dice con una sonrisa maliciosa.

Mi querido hermano Adam. Adam junior. Es la viva imagen de mi papá aunque le pese. Es tan alto como mi papá. Para sus veinte años y midiendo 1.85 si que es alto. Es de una complexión que las chicas admirarían por doquier. Pero es su rostro varonil el que se lleva el premio. Con su mandíbula bien definida. Pestañas largas. Cejas tan pobladas y su pelo oscuro como la noche es lo que mata. La diferencia es que él tiene los ojos cafés claros como mi mamá. Es lo único que lo diferencia de mi papá.