La Biblia De Una Dominatrix © [ EN FÍSICO ]

Lujuria

  Al haber perdido a Selena de vista mi única opción era regresar a la mansión, no sabía cuál sería la reacción de Christian al ver que le estaba llevando un nuevo invitado.

   Había algo diferente en él, le ofrecí de comer, pero el siempre hambriento Blake que solía conocer no probó su comida. Se dedicaba a mirarme como si algo muy malo hubiese pasado.

—¿Cómo me encontraste Blake? —Estaba llena de preguntas hacía él.

—En primer lugar... Tu nuevo novio es bastante conocido en esta ciudad, y en segundo —su tono era triste, arrastraba las palabras sin dejar de verme— No puedes enfrentarte a Dominick sola.

—¡Blake, estaba siguiendo a su aliada! La mujer que estaba luchando por alcanzar, iba a conducirme directo a él.

—Directo a otro de sus aliados querrás decir... ¿Enserio eres tan ingenua como para pensar que esa pobre chica era el as bajo la manga de Dominick? —Parecía muy seguro. ¿Había estado rastreándolo también? ¿Qué es lo que Blake sabía que yo no? ¿En que se basaban sus argumentos?

—¿Porqué estas aquí? ¿Cómo puedes estar seguro de eso? ¡Que yo sepa la última vez que hablamos te negaste a ayudarme!

—¡Y fue un grave error! ¿No te has preguntado porque estoy vistiendo de negro de Alana? —Me dejó desconcertado mientras sus manos temblaban y el las empuñaba con fuerza, cerró los ojos y al abrirlos, estaban enrojecidos, cristalizados, como si estuviese conteniendo una fuerte ira y un profundo dolor—. ¿Cómo pudo Dominick, estando aquí, haberlos matado a todos?

—¿Quienes son todos? —Me preocupé y mi corazón dio un tirón como si fuese a infartarme—. Blake... ¿Dónde está tu esposa? —Fue lo primero que se me vino a la mente—. ¿Porqué no la trajiste contigo?

   Blake tragó saliva y tomó el vaso de Whisky del que estaba bebiendo y lo lanzó contra la pared con rabia mientras dejaba de contener las lágrimas.

—¡Ya no tengo una esposa, Alana! —Seguía gritando y lanzando cosas contra la pared, mientras yo me hacía un puño asustada en mi asiento—. ¡Tampoco hijos! ¡El bastardo de Dominick... ese asesino los mató a todos!

—Blake... ¡Basta! —Le grité intentando contenerlo con mis manos, mientras el respiraba muy profundo sin poder hablar, el dolor emanaba de su ser—¿Cómo que los mató? ¿De qué hablas?

   Él entre sus lamentos hablaba por partes, alternando sus palabras con jalones de aire. Me éra difícil entenderle.

—Llegue, a mi departamento... yo, salí por leche para Mathew, y cuando volví vi a alguien con un casco salir de él... —Respiró de nuevo, casi ahogándose con su propio llanto—. Me pareció tan extraño, que corrí para ver que los niños estuviesen bien... Pero los niños no estaban, y a Nayrid —tuvo que respirar de nuevo— Ella, estaba con la cabeza sobre la mesa, sus labios estaba morados, los forences dijeron que había sido veneno. Una nota estaba sobre la mesa con una "D" impresa, pero los cabellos que encontraron en el lugar, eran rojos y largos.