Cartas al viento

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  Justo cuando Bryce se disponía a dispararle en la cabeza a Dynia, Alejandro muy herido irrumpió en la escena abalanzándose sobre él y forcejeando por el arma, Christian la tomó de la mano para refugiarse en la cocina. Uno de los secuaces de Bryce rápidamente bajó para seguirlos mientras ellos corrían.

   Bryce ganó el forcejeo y cuando Alejandro no pudo más, él lo terminó con el impacto de tres disparos a sangre fría sobre su cuerpo. Cuando le dio la vuelta, moviéndolo con el pie y se aseguró de que estuviese completamente muerto, entonces corrió tras Christian y Dynia.

   El segundo secuaz, con cautela revisaba nuestra habitación, yo me mantenía oculta en el closet, y miraba por una rendija, escondida tras las camisas de Christian. El abrió la puerta solo un poco y miró dentro, casi podía oler su aroma. No respiré ni una sola vez mientras él se asomaba pero gracias a la oscuridad del armario él no logró divisarme al fondo de este. Me mantuve así hasta que se fue a revisar dentro del baño privado de la habitación.

   Blake entró con sigilo y lo vi esconderse detrás de la puerta para sorprenderlo, y así lo hizo. Cuando regresó, Blake lo golpeó con fuerza sobre la cabeza y el hombre le devolvió el golpe, Blake lo golpeó contra la pared y le lanzó un puñetazo que le manchó los dientes de sangre.

   Él hombre le dio un golpe de cabeza que lo aturdió y Blake cayó al suelo. El infeliz, de espaldas a mi lo apuntó con su arma en medio de sus ojos, mientras mi corazón se aceleraba como nunca antes.

—¡Maldito bastardo! No sabía que la puta de Alana tendría más compañía de la que esperábamos. Pero a Dominick se alegrará de saber que tiene un cabo suelto menos del que preocuparse. —Blake se hizo un puño al sentirse derrotado mientras el sicario se preparaba para dispararle.

   Un disparo se escuchó dentro de la habitación, el hombre mantuvo su expresión intacta, yo entrecerré los ojos con mucha furia y Blake se estremeció en su lugar.

   El sicario enviado por Dominick cayó de rodillas al suelo con un impacto de bala en la espalda que atravesó su cuerpo por completo. Yo estaba parada detrás de él con los ojos inyectados en odio mientras mi Jerichó 9mm emanaba humo de su cañón. El tipo se llevó las manos al abdomen y vio como estas se manchaban de sangre.

   Blake se arrastró en el suelo alejándose de él bastante asustado. Yo caminé hacia el sicario haciendo ruido con mis tacones sobre la cerámica salpicada con gotas rojas de líquido espeso.

   Lo miré a los ojos directamente y me quité el cabello de la cara para que pudiera verme con claridad.

—¡Es una lástima que no vayas a poder decirle a Dominick que "La puta de Alana" fue quién te mató! —Intentó hablar pero la sangre le brotó de la boca sin parar, y yo solo empujé su cabeza con mi tacón para que cayera de espaldas y muriera de una buena vez.

La Biblia De Una Dominatrix © [ EN FÍSICO ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora