Existencia natural

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TOWER HAMLET, INGLATERRA. 29 AÑOS ANTES DE LOS SUCESOS DE DOMINATRIX.


   Amateo Harrison JR con 16 años caminaba por la pradera junto a la rivera del río. Yo era solo una niña de 15 años llena de sueños, y locamente enamorada de él. Un muro invisible nos dividía, aunque estuviesemos hechos el uno para el otro; el muro del dinero. Amateo provenía de una familia rica, se rumoraba entre los pobladores que sus exuberantes riquezas eran producto de negocios turbios.

   Amateo Harrison padre, y su esposa Leidenia Harrison eran conocidos como "Los Vampiros de Londres" pues los caracterizaban como sanguinarios y despiadados. Incluso un par de personas aseguraron haber visto cuerpos humanos en el patio de los Harrison, pero las autoridades, mucho menos competentes que ahora, en la decada de los 80 en la que vivimos, nunca pudieron probar nada en su contra.

   Amateo y yo tal como era de esperarse cuando dos niños se vuelven tan cercanos en esas edades, llegamos a enamorarnos profundamente, y a explorar emocionadamente nuestra sexualidad viviendo en la existencia natural de un deseo de nuestras carnes por placer y de nuestras almas por afecto.

  Mi madre nunca me habló de como cuidarme adecuadamente y por esas ironías de la vida decidí perder mi virginidad a esa edad con mi amado Amateo, quedando embarazada de él ese mismo día.

   Mis padres se pusieron histéricos, su única hija habia sido "deshonrrada" sin estar dentro del matrimonio y los Harrison no querían casar a su hijo con una mujer de bajos recursos.

   Amateo gritó y lloró por días cuando sus padres le prohibiéron volver a verme. Y yo aunque casi no comía nada por la tristeza, seguía teniendo un vientre que crecía sin parar.

   Nuestras familias llegaron a un acuerdo. Si prometiamos mantener el secreto, ellos se iban a encargar de deshacerse del bebé en cuanto naciera, según ellos "dándolo en adopción a familias imposibilitadas."

   Pero todo era un engaño, después de no poder dejarme ver por nadie durante el tiempo que duro el embarazo para mantener el secreto, mi bebé nació; era una niña, había heredado el cabello rojizo de su padre pero sus ojos y labios eran los mios. Yo quería llamarla Alana Harrison, pero no me permitieron nombrarla.

   La señora Harrison me la arrebató de los brazos en cuanto nació, diciendo que "Tifanny" sería un mejor nombre para el apellido "Harlod" ya que fin de cuentas sería una bastarda sin derecho al apellido. Forcejeamos por ella, y yo en mi depresion post-parto golpee a la bebe en la cabeza sin querer antes de soltarla. Ella finalmente se la llevó dejándonos a mi a mi familia una bolsa de dinero, suficiente como para que nuestra vida de pobreza se conviertiera en clase media con un par de inversiones. Amateo Harrison padre prefirió referirse a este hecho como salir de una familia de "mierda" a su costa.

La Biblia De Una Dominatrix © [ EN FÍSICO ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora