Capitulo 14

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Capitulo 14

Tras atar el vendaje de Santana, Brittany se puso de pie y se sacudió las faldas.

Santana se levantó; tenía los ojos entrecerrados y sus pensamientos resultaban impenetrables. Brittany desconfiaba del lado inescrutable de Santana y retrocedió un paso y luego otro.

Ella la siguió, acechándola hasta que Brittany sintió el frío muro contra la espalda y el abrasador calor del cuerpo de Santana apretado contra el suyo.

Los negros ojos de Santana se oscurecieron hasta convertirse en estaño mientras la agarraba por la cintura con ambas manos y la mantenía cautiva, la presión de la cintura de santana sobre la suya.

Hipnotizada, Brittany sintió cómo su mirada se deslizaba hacia la boca de Santana, que se cernía sobre la suya, cerca, tan cerca que podía ver cómo le latía el pulso en la base del cuello. ¿Por qué se le quedaba la respiración en la garganta y le temblaba el cuerpo de deseo? Brittany se reprendió por ser tan estúpida, pero de todas formas alzó la boca hacia la suya.

El beso de Santana acabó con su voluntad. Su resistencia se hizo pedazos mientras se derretía en su abrazo, su cuerpo buscaba el placer que sabía que sólo ella podía proporcionarle.

Las manos de Santana le buscaron los senos, y Brittany gimió en su boca, sacudiéndose contra ella; el placer de sus caricias la hacía temblar. Un instante después, Santana la estaba llevando hacia el banco. Sus caricias se hicieron más exigentes cuando la sentó sobre la dura superficie.

Brittany no era consciente de nada más que del feroz deseo que Santana despertaba en ella. Sintió un aire fresco sobre sus senos, apenas consciente de que Santana le había bajado el corpiño. Un suspiro escapó de su garganta cuando se inclinó sobre ella y se introdujo un pezón en la boca. Brittany se arqueó contra ella, ofreciéndole más de sí misma a sus excitantes caricias.

-Brittany -gimió Santana contra su piel. -Necesito esto. Te necesito a ti.

Sintió su mano bajo la falda, deslizándose entre sus piernas, cubriéndola. El corazón de Brittany latía con fuerza contra las costillas. Durante un salvaje instante, la deseó tanto como Santana a ella. Abrió las piernas, invitándola a un contacto más íntimo.

Santana obedeció encantada, susurrándole palabras cariñosas contra la boca mientras le exploraba su hendidura con los dedos.

-Ábrete para mí, amor. Kitty se ha marchado. Nadie nos impedirá hacer lo que queramos.

Las palabras de Santana provocaron un efecto devastador en Brittany. ¡Kitty! ¿Cómo podía haberse olvidado? Santana tenía el poder de una hechicera. Con un solo beso había borrado de su mente el recuerdo de las palabras de despedida de Kitty.

Brittany le dio un empujón en el pecho.

-¡No! Deja que me levante. No puedes hacer esto.

Santana se inclinó hacia atrás, con la confusión reflejada en las arrugas de la frente.

-¿Te he hecho daño? ¿Te duele la herida de la cabeza?

Brittany se deslizó por debajo de ella, los ojos le echaban chispas de furia.

-¡Cómo te atreves! No me toques.

-¿Qué es lo que he hecho?

Brittany aspiró con fuerza el aire para tranquilizarse.

-La forma en la que tratas a las mujeres resulta abominable. ¿Cómo has podido echar de aquí a lady Kitty?

-¿Qué?

El Sabor del Deseo (ADAPTACION BRITTANA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora