El gran día

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Estaba a siete galaxias a la distancia, en un lugar tranquilo donde no había nervios ni gritos por los últimos preparativos para el gran día. Se suponía que debía estar muerta de nervios, sin embargo, me sentía extrañamente tranquila.

Dos golpes en la puerta me conectaron con la realidad. Sentía como los nervios iban coronándose como máxima autoridad en cada vertebra de mi cuerpo.

-Permiso, Madd...-

- ¡Draco! - hable felizmente sorprendida- No sabía si ibas a venir, yo no sabía que...-

-Lo sé, pero no pensaba dejar a mi primita sola el día de su boda. -

-Me alegro de que estés aquí, sé que es difícil. - respondí sonriendo- Te prometo que todo saldrá bien...-

-Tienes un futuro marido muy convincente. - me interrumpió mi primo- Además debo hacerme cargo de mis acciones. -

Sonreí un poco más y me acerqué a la altura del rubio para darle un abrazo cargado de amor. Nuestros encuentros los últimos meses se habían visto un tanto reducidos por los preparativos y demás detalles no me dejaban demasiado tiempo libre.

-No soy Beth, pero al menos compartimos el mismo tono de cabello. -

Solté un susurro de risa junto a un par de lágrimas, mientras sentía los brazos de Draco presionarme un poco más.

-Estas hermosa Madd. - volvió a hablar el rubio- No puedo creer que te vas a casar con una de las comadrejas, aunque creo que no existe alguien mejor que el...-

-No puedo creer que tuve que esperar hasta el día de mi boda para escucharte decir algo bueno de un Weasley. -

-Muy graciosa, Black. -

Reímos hasta que el dejo de una sonrisa quedo en nuestra cara. Estaba completamente nerviosa, pero por sobre todo estaba completamente feliz.

-No puedo creer que me voy a casar. - susurre mientras me veía al espejo- ¿Has visto a alguien antes de entrar a la habitación? -

-Te sienta bien el blanco...- comento Draco mientras tomaba una copa de hidromiel- Aunque somos Black, todo nos sienta bien. -

Sonreí negando el comentario del más joven de los Malfoy. Sabía que ya era hora de bajar, aunque por momentos pensaba que tenía los pies pegados al piso.

-Deberíamos comenzar a bajar. - dijo Draco mientras arreglaba su traje- He escuchado a la Sra. Weasley gritar sobre hechizos inmovilizadores y que no quería que el evento comenzara tarde...-

Respire profundamente y me coloque al lado de mi primo, nos arreglamos y nos sonreímos una última vez antes de bajar.

Con cada paso que daba, más nervios recorrían mi cuerpo y lo único que quería era estar con el pelirrojo, mi compañero de vida. Cada momento que compartimos pasaba como una película por mi mente, no podía creer todos los momentos que habíamos vividos juntos. Recordaba toda nuestra historia y no podía creer cuanto tiempo negué mis sentimientos por Fred Weasley, mucho menos todo lo que habíamos vivido juntos.

Observaba todo a mis alrededores, realmente estaba hermoso, cada decoración y detalle creaba un ambiente único, completamente romántico.

Estábamos por entrar a la carpa donde seria la ceremonia, observe dos pequeños girasoles mirándose uno a otro y no sabía que era posible sonreír aún más hasta este momento. No tenía idea de cómo era posible que mi sonrisa pudiera entrar en mi cara, sentía que todo era un sueño.

Mi mirada conecto con la de Fred, mis nervios se desaparecieron y si es que aún era posible, sonreí aún más. Sentía que estaba caminando en el cielo, mientras mi camino lo guiaban los ojos del pelirrojo. El beso en mi mejilla como despedida de mi acompañante me despertaron, estaba a un paso de mi futuro marido.

La hija de Sirius Black (Fred Weasley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora