Oí como el despertador sonaba, intenté apagarlo para librarme de ese ruido molesto sin apenas abrir los ojos; intento fallido, probé otra vez, pero entonces, me dí cuenta de lo que ocurría realmente, así que abrí los ojos y me caí de golpe en el suelo.Dolió, pero al ver que eran las 7.30 y las clases empezaban a las 8.00 y aún tenía que vestirme, desayunar, etc.Me levante rápidamente, me acerqué al armario de mi habitación y cogí mi uniforme.
El uniforme estaba formado por una falda azul oscuro a cuadros, una chaqueta del mismo color con el escudo del internado en el lado izquierdo, y una linda camisa blanca; y para los chicos igual, pero con unos pantalones y ellos debían llevar corbata, era bonito, en realidad. . .
Me puse el uniforme, me peiné, dejando mi pelo castaño oscuro suelto completamente, cogí mi mochila, y me fuí rápidamente de la habitación corriendo como una loca hasta llegar a la cafetería, allí viendo como la mayoría de alumnos terminaban sus desayunos e iban directos a sus clases, me decidí por un croisant y un vaso de zumo de naranja que me tragué como si me fuera la vida en ello.
Al terminar, me fui de la cafetería, para buscar el aula donde daría mi primera clase, es decir, Historia.
Estaba ya desesperada a punto de preguntarle a alguien por el aula de Historia, cuando, de repente, sucedió. . .
Por delante de mí, pasó un chico de más o menos mi edad, algo más alto que yo, con pelo castaño y ojos pardos matadores, mi mente se paró por unos segundos, y entonces, susurré, OH-DIOS-MÍO!!! Llevaba puesto el uniforme, como no, pero no llevaba corbata y lo lucía de una forma increíble.
Me quedé ahí parada, como un pasmarote, por suerte no se me cayó la baba; entonces, una señora muy bajita, con el pelo gris, gafas y ceño muy fruncido, se acercó a él, era la subdirectora:
- Perdone, señor Dyan, pero. . . ¿Dónde está su corbata?¡Es obligatoria!- bufó ella con cara de bruja.
El vaciló unos instantes, poniendo una sonrisa de medio lado y luego añadió - La tengo en el bolsillo. . . - dijo enseñándosela.
La subdirectora, ante la reacción del chico, se llenó de furia, y gritó - Y. . . ¡¿Se puede saber por qué no la lleva puesta?!
-Porque no sé atármela- dijo este sin más. . .
¡Oh, Dios mío!, estos niños de hoy en día. . . - dijo ella por lo bajo.
Estaba tan concentrada en lo que sucedía, que ni me dí cuenta de que ya casi no quedaba ningún alumno en el pasillo.Entonces, la subdirectora miró a su alrededor, como si buscara algo, y, cuando se giró, su mirada se clavó en mí. . . Me temía lo peor, y entonces, gritó:
- ¡Usted!- al mismo tiempo, él me miró, y después me sonrió pícaramente, yo sonreí como una boba, Dios, ese chico era sexy, muy sexy.
Me acerqué a ellos.Pude apreciar un horrible olor a tabaco que venía de la subdirectora, cuando esta dijo - Atéle la corbata al "señorito". . . - y tras decir esto se fue maldiciendo a los adolescentes y a sus "estúpidas ideas rutinarias" (a saber lo que era eso).
Yo me giré para ver la cara del "señorito", al que se le notaba un tanto extrañado, como yo, por los comentarios de la mujer.Después, sonrió y me tendió la corbata, yo la cogí, con las manos temblorosas y se la coloqué alrededor del cuello, le fuí haciendo el nudo sin mirarle a la cara, porque, sabía que si lo hacía me ruborizaría.
Cuando terminé, se fue despidiéndose con la mano, y yo me quedé ahí parada como tonta durante varios minutos, hasta que caí en la hora, y me fuí corriendo a clase de Historia.
Cuando entré en la clase, me asusté, pensando que el profesor me mataría por haber llegado tarde, pero no mencionó nada al respecto:
- ¡Buenos Días!- gritó a los cuatro vientos- Usted debe de ser la nueva, su nombre era. . . - se quedó en blanco.
- Megan Harrison- dije riendo en mis pensamientos, me encantó ese profesor, parecía sabio, pero tierno y torpe a la vez.
-Muy bien señorita Harrison, siéntese al lado del señor Dyan.- me sonaba mucho ese apellido, entonces, me dí cuenta de quién sería mi compañero por el resto del curso y fui a sentarme junto a él.
Enseguida la clase volvió a la normalidad, excepto para mí y mi compañero, que no prestábamos atención.
- Así que Megan, ¿eh? . . . - dijo él apenas sentarme- Bonito nombre, - me ruborizé- yo soy Marc.
Entonces, empezó a reírse flojito, pero de manera que yo lo escuchaba y lo miré.Entonces, paró de reír y me dijo:
- Sí que sabía atarme la corbata- me quedé extrañada.
- ¿Y por qué entonces has dicho lo contrario?- le pregunté.
- Para joder a la subdirectora. . . - pero me dí cuenta de que no había terminado la frase y escuche con atención sus siguientes palabras.
- Y para que no fueras tan tímida y te acercaras a saludar.- yo me ruborizé, y bajé la cabeza para no tener que mirarle a los ojos.
¿QUÉ TAL? ESPERO QUE OS HAYA GUSTADO, ME HE ESMERADO MUCHO ESCRIBIÉNDOLO Y CREO QUE HA VALIDO LA PENA.POR FAVOR, VOTAD Y COMENTAD, DE PASO SI QUEREIS ME PODÉIS CONTAR SOBRE ALGUNAS DE VUESTRAS OBRAS, QUE SIN DUDARLO ME PASARÉ A LEER.
BUENO MUCHOS BESOS, ¡NOS LEEMOS!
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Me Basta Sólo Con Un Beso
Teen FictionMegan Harrison, es una chica de 16 años que vive en Londres, siempre ha sido la marginada de clase hasta que sus padres deciden cambiarla al internado St. Matthew, allí, su vida dará un giro de 360 grados. Conocerá a Marc, un chico de lo más mujeri...