𝗩𝗮́𝗺𝗼𝗻𝗼𝘀 𝗔 𝗠𝗮𝗿𝘁𝗲 ᵗᵒᵈᵒᵇᵃᵏᵘ

Vámonos a Marte

Bakugo era alguien especial.

La sociedad era una mierda.

Juzgaban por lo que veían y escuchaban de fuentes nada confiables.

Criticaban y hacían lo posible para que los demás no logren sus sueños y se frustren, pero por suerte, Bakugo era fuerte.

Por más que la mayoría de los murmullos eran sobre él, por más malas miradas que recibia día a día, por más críticas hacía él que salían de boca en boca e incluso de otros héroes, por más de que lo "destrocen" día a día, él estaba dispuesto a lograr su sueño.

Por eso los murmullos no cesaban, por eso las malas miradas seguían sobre él, por eso las críticas siempre estaban presenteses; porque la gente creía que Bakugo era de hierro y no se rompía.

Porque creían que no tenía sentimientos.

Siempre gritaba ante las miradas, siempre insultaba ante los murmullos, siempre hacia algo para que de alguna forma parasen, tan solo por un momento.

Porque le molestaba por más que fingía que no.

Pero nadie notaba eso porque lo ocultaba, es imposible leer la mirada si siempre está enojada, es imposible leer el rostro y sus facciones si siempre está furioso, es imposible leer a Bakugo.

Porque Bakugo siempre está enojado.

Pero hay alguien excepcional, alguien que de apoco se da cuenta y lo está leyendo como libro abierto.
Hay alguien que lo entiende.

Shōto.

Por eso, de alguna forma fue fortaleciendo su vínculo con él.

A la hora del almuerzo se le acercaba y se sumaba a su grupo -para eso también tuvo que fortalecer su relación con Kirishima-

Cuando podía, aprovechaba y le preguntaba sobre la tarea.

-¡Ey! Bakugo, ¿Me ayudas con la tarea que no entendí?

-Bastardo, tienes un puesto más alto que yo en la clase, no seas estúpido y busca otra razón para hablar conmigo

Era complicado hablar con Katsuki, siempre, de alguna forma, lograba alejarse, como si le molestara una nueva presencia que no sea la de su grupo típico de amigos.

Después, cuando podía, lo convencía para entrenar juntos y así lo hacía.

-Usaré mis dos lados

-tsk, de acuerdo

Era simple de convencerlo siempre y cuando él te considere un rival digno, cosa que tenía a favor Todoroki.

Fue un viernes a las 5 de la tarde cuando su relación avanzó a tal punto en que lo llegó a considerar casi un amigo -porque Shōto odia la etiqueta "mejor amigo"-

A Todoroki se le hacía complicado tener amigos, tenía compañeros, por supuesto, como Iida, Midoriya, Uraraka, Momo, pero era diferente.

Porque Bakugo no era como ellos.

Porque ser amigo de Bakugo significaba que te trate como todos, pero ser su amigo significaba que contigo a solas dejaba esa máscara de ira, era poder ver su sonrisa tranquila y que se acurruque en tu pecho cuando lo abrazas.

Porque estando a solas es como un niño.

Como un humano cualquiera, que necesita amor y atención.

Era la tarde, Shōto había vuelto del entrenamiento y estaba realmente cansado como para ir con todos a la sala común, por eso apenas se bañó y se fue a su pieza, la cual estaba en el mismo piso que la de Bakugo.