26. Matrimonio
Organizar bodas, contrario a lo que imaginó alguna vez, no era fácil en lo absoluto.
En sus cinco años de carrera, aprendió que hay 10 tipos diferentes de bouquets, que hay un orden específico para las damas y caballeros de honor, y que los floristas no son para nada amables en temporada alta. Pero al final del día era aquello lo que le apasionaba; amaba con locura ver a otros unirse en matrimonio, con miradas chisporroteantes de dicha y sonrisas cómplices para toda la vida.
Amaba darle a otros lo que ella jamás podría tener.
Paradójicamente, a Elsa nunca le había ido bien en el amor. Sus ex-parejas han sido unos patanes, y se había deshidratado ya lo suficiente a lo largo de su vida, no necesitaba otro motivo más que felicidad para derramar lágrimas.
Pero como en la mayoría de los casos, en su momento, hubo una excepción.
En algún punto entre la escuela y la universidad, justo cuando sus esperanzas se desmoronaban, él apareció, Jack Frost. Un espíritu libre con cara de inocente que se escurrió bajo su piel y ahondó en su alma como nunca nadie había hecho. Burló sus métodos de defensa y cuando parpadeó, ya estaba tan metido en ella que no tuvo oportunidad ni intención alguna de sacarlo.
Recuerda que lo amó, como nunca antes había amado, pero también lloró como nunca cuando partió de su vida con un beso en la frente y la promesa de regresar por ella en cuánto el destino se los permitiera.
El padre de Jack era militar, y a pesar de tener ya dieciocho años bien puestos, el peli blanco tuvo que irse con él en cuánto tuvo que trasladarse. Era bastante apegado a su familia y tenía una hermana a la que cuidar, sin mencionar que Moscú tendría mejores universidades que Oslo, lo que favorecería su prometedor futuro como maestro.
Jack era el último buen recuerdo que tuvo referente a una relación, un final abierto que no dio cabida a malos sabores pero tampoco a unos dulces, ni siquiera supo que era el final para ellos, guardo la esperanza de que cumpliría su promesa, que podría amarlo nuevamente sin preocupaciones y por fin tendría su "felices para siempre".
Hasta que se apareció en su oficina, un jueves por la tarde, cuatro años después, pidiéndole que organice su boda.
Algo crujió dentro de ella y no había sido un hueso.
Sentado ahí, frente a ella, estaba el amor de su vida. Resplandeciente y lejano como estrella, dispuesto a confiar la planificación de su boda con ella, como una tortura inocente y dolorosa.
—¿Y dónde está la afortunada?— sonríe forzadamente, se siente ridículamente enamorada y destrozada.
—Oh, está muy ocupada trabajando, por eso no creo que esté presente en todo el proceso. De eso me encargo yo— le responde con una voz empastada en cariño, ella retiene los impulsos de una mueca.
Ella siempre quiso ser la encargada de planear su boda con Jack, y ahora que esta mujer tiene la oportunidad de hacerlo, prefiere estar totalmente ausente y dejarlo todo en manos de una desconocida. Repugnante.
—¿Y tienes alguna idea de lo que podría gustarle?— evita mirarle a los ojos, no desea llorar, entonces prefiere comenzar a rellenar el formulario con un lapicero de tinta negra.
—No pensamos mucho en eso, por eso vine contigo, sé que haces las mejores bodas y confío en que lo harás excelente conforme a tu criterio.
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Stolen kisses [Drabbles and One Shots Jelsa]
FanfictionPorque amo las historias de amor, sobretodo si son cortas y porque Jack y Elsa son mi OTP. -Historia totalmente mía. -Para adaptaciones primero contactarse conmigo . -Es inadmisible cualquier copia parcial o total. -Los personajes no me pertenecen. ...