Era un día de misa como todos los demás, la gente vestía de forma galante, los niños llevaban su ropa de domingo y las ancianas rezaban en una esquina intentando compensar toda una vida de pecado con unos cuantos rosarios; di la comunión,
cantamos los rezos y despedí a todos, para el final del día me sentía agotado, mi voz salía como un hilo de mi boca haciendo doler mi garganta, me quite el hábito detrás del altar y salí de la iglesia, a comparación de todos los sacerdotes, yo no vivía en el mismo recinto que ellos, yo tenía mi casa particular cerca del campo, alejado del bullicio de la ciudad y del pecado, estando solo ¿qué males puede uno cometer?Mi hogar me recibió con la brisa del viento y el sonido de los pájaros a la distancia, empezaba ya a anochecer y todos los animales se refugiaban en sus casas, lo mismo hice yo, me puse mi ropa de dormir y apagué todas las velas menos una, la tranquilidad
invadía la habitación y hacía que poco a poco mis ojos se cerraran, antes de caer por completo en la negrura del sueño, alguien toco a mi puerta, ya era muy tarde y no era una zona transitada, con los bellos de la piel erizados y mi corazón palpitante, me
acerque a la puerta.─ ¿Quién es y qué desea? ─ dije, pero nadie respondió, esperé unos segundos en silencio y nada, cuando me convencí de que solo fue un ruido del viento, el sonido volvió, sin pensarlo me volví y abrí la puerta, un anciano bastante arrugado esperaba al otro lado del marco.
─ ¿Desea comprar un libro? ─ sus palabras eran tan débiles y roncas que apenas pude
distinguir lo que dijo.─ Son las diez de la noche y usted me pregunta si quiero un libro, lo lamento, pero no, si necesita algo más con gusto lo puedo atender, y si no que pase buena noche.
─ Perdone si lo moleste, vi una luz encendida y decidí acercarme, ya es tarde y no tengo donde quedarme, ¿podría ayudarme con eso? ─me miro con sus ojos caídos y arrugados, mi obligación como padre era ayudar a quien lo necesite, así que lo invite a pasar a lo que el asintió.
─ Dígame, ¿Qué hace vendiendo libros por aquí tan tarde? No es bueno para la salud salir a estas horas y con este frio que hace en el campo. ─replique mientras calentaba
un poco de agua─ ¿quiere un té o algo para beber?─ Si no es molestia me gustaría un té de manzanilla, ─dijo sin dirigirme la mirada─ y la razón por la cual estoy fuera tan tarde es que necesito vender toda mi mercancía para antes de que termine en día, solo me queda un libro y no puedo desperdiciar una
oportunidad para venderlo.─ ¿Por qué la prisa para vender todo? ─respondí mientras le daba su taza de té.
─ Necesito el dinero, para mi esposa, ¿usted tiene esposa señor? ─me pregunto mientras daba un sorbo a su taza, la pregunta me causo gracia, ya que soy un religioso, en teoría no puedo tener ninguna relación romántica con nadie, a veces olvidaba el hecho de que no siempre traigo el hábito puesto.
─ No, yo…soy sacerdote. ─claro que la religión no era la única razón, mi incapacidad de atracción hacia las mujeres era el otro motivo.
─ Ah ya veo…
Nos quedamos unos minutos en silencio cada quien, tomando su bebida, el frio de la noche empezaba a entrar a la casa y la única vela encendida proporcionaba un calor cada vez más débil.
Me llamo la atención un objeto que sobresalía del morral del anciano, era algo brillante de color verde, y emitía pequeños destellos al encontrarse
con la luz de la vela.─ ¿Qué es eso que tiene ahí? ─ pregunte vencido por mi curiosidad.
─ ¿Esto? ─dijo sacando el objeto del morral, ─ Es el último libro que me queda, está en latín así que no entiendo lo que dice, pero tal vez a usted le pueda interesar. ─la
sonrisa con la que contesto me causo un escalofrío que me recorrió todo el cuerpo.Me extendió el libro, era pesado con un lomo de cuero y la gema verde sobresalía de la portada. Lo abrí y comencé a hojearlo, olía a humedad, y efectivamente estaba en latín, ¿Cómo supo eso el viejo si no conocía el idioma? No lo sé, ignorando mis demás pensamientos comencé a leer, trataba sobre demonología e invocaciones, tenía ilustraciones si bien escalofriantes, eran fascinantes, absorto en la lectura no me di
cuenta en qué momento la vela se acabó, ni en qué momento el anciano salió de la cabaña para perderse en el bosque, para cuando salí de mi trance, estaba completamente solo y sin luz, aunque ya empezaba a amanecer.
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Entre El Cielo Y El Pecado (+18) [FINALIZADA]
Short Story¿Que pasaría si el hijo de un milagro, un padrecito, se enamorará de un demonio? ¿Y que si el demonio no resultará ser tan despiadado como parece? Esa combinación entre lo sagrado y lo prohibido solo podría tener como resultado la condena de ambas p...