𝐡𝐞𝐚𝐫𝐭𝐚𝐜𝐡𝐞▽ p. dojoon

03

El día había llegado, mi fe en que conocería a The Rose estaba más alta que nunca.

No había dormido muchas horas, pues estaba repasando todo lo que les diría y la dinámica que tenía preparada para ellos. También pasé gran parte de la noche decidiendo qué usaría y alistando los regalos que les daría.

Gracias a la emoción tan grande que sentía, me fue más fácil salir de la cama para comenzar a alistarme.

Ni siquiera para la escuela me arreglaba tan temprano. Eso es a lo que llamo "tener prioridades claras".

Mi atuendo aunque pareciera básico, sentía era genial; unos jeans de tiro alto y un crop-top de cómic, acompañado de unos botines de terciopelo negro con tacón y una chaqueta de mezclilla negra. Después de un largo por fin me sentía cómoda y confiada usando un atuendo así, usualmente optaría por usar algo más holgado, aunque estaba consciente de que este día no era la ocasión para un atuendo así.

Hoy tenía que brillar aún más.

Era mi día.

Mientras aplicaba mi maquillaje, una llamada de Jorge me tomó por sorpresa, ya que partiríamos al lugar de la prensa en unas dos horas.

-¿La emoción también te robó el sueño?-contesté intrigada, era demasiado temprano.

-Rodríguez, tenemos un problema. Ally me llamó, vas a odiar lo que me dijo.

-Solo suéltalo.

-Hizo una tontería en la fiesta de Iván... La castigaron, no vendrá con nosotros...

-¿Pero no le pasó nada grave, verdad?

- A como me cuenta, solo se metió en un problema algo escandaloso. Pero se encuentra bien.-confirmó y yo sentí un gran alivio.

-Bien, no te preocupes. Ya veremos cómo ajustar el plan...-respondí un poco calmada- La llamaré más tarde para saber lo que pasó.

Me sorprendía el hecho de apenas estaba amaneciendo y yo ya estaba estresada.

Jorge pasó a mi casa para desayunar juntos. Agradecí que el tiempo con él en mi casa no se tornara incómodo, pues temía que mis padres comenzaran a soltar comentarios referentes a mis previos sentimientos hacia el chico, -porque sí, también llegó un tiempo en el que Jorge que atrajo, hasta que confirmé que yo estaba confundiendo su amabilidad con algo más.- pero no fue así. Mis padres estaban algo metidos en sus asuntos y luego de un rato partieron al trabajo, no sin antes desearme éxito para esta aventura.

Luego de repasar las posiciones de las cámaras, qué ángulos captarían cada una y como a se iban a distribuir los micrófonos, partimos de casa.

Mi mente solo podía estar enfocada en que el vídeo con The Rose tenía que ser más que perfecto.

Al llegar a la ciudad, como era algo temprano dimos un pequeño recorrido, para que yo no estuviera tan tensa o nerviosa frente a los chicos. Caminamos tranquilamente por la zona y parábamos si alguien quería tomar alguna foto al azar. La ciudad se veía estéticamente placenterera, estaba teñida de morado a causa de los bellos árboles de jacarandas -aunque estos florecían en primavera, el verano me hacía anhelarlos, ya que consideraba que era un indicador de que en cualquier momento llegaría el otoño y se los llevaría.- A parte de eso, la urbanidad que esta zona tenía, me resultaba hermosa, aunque muy en el fondo sabía que esta bella vista ni siquiera se acercaba a la verdadera «estética mexicana»; era solo una tonta cortina para aparentar. Aparentar era de las cosas que más odiaba.

Luego de un par de horas, nos dispusimos a esperar afuera del lugar de las entrevista, sentados en una jardinera, comiendo una nieve de limón, pues el clima cálido lo ameritaba.