Entre El Cielo Y El Pecado (+18) [FINALIZADA]

V

Abrí la puerta de mi hogar, deje mis cosas en la mesa y me tire en el sofá, aun no podía procesar todo lo que había pasado, la chica, el burdel, los jóvenes, el libro…

Anocheció, prendí la pequeña chimenea y me recosté a leer, pasaba las páginas del libro hasta que algo llamo mi atención, era una ilustración, de un demonio por supuesto, en el pie de esta de esta decía “Asmodeus, demonio de la lujuria…”, después venían algunas páginas describiéndolo, más ilustraciones y por último un ritual de invocación.

Empecé a recitar lo que decía el libro en voz alta, las palabras salían de mi boca como suave seda, parecían una melodía especialmente hecha para mí, leí y leí, a mi alrededor
el fuego ardía, cada vez con más intensidad, terminado el texto miré a mi alrededor, nada había cambiado, ¿acaso esperaba la aparición de un ser espiritual? Era una tontería, cerré el libro y me fui a dormir.

Esa noche soñé y no como las demás noches…me encontraba semidesnudo en una habitación, a mi alrededor sabanas y cojines adornaban el entorno, suaves velas iluminaban el espacio y me daban calor, en mi mano derecha yacía una copa de vino rojo
como la sangre, rojo pasión, me sentía observado, busque a mi alrededor pero no vi a nadie, la sensación persistía, al fondo de entre la tela y la pared, emergió una persona, era un joven más o menos de mi edad, cabello negro y ojos azules como las flamas de una vela, cubierto únicamente por una sabana en la cintura, se acercó a mí y lentamente se recostó a mi lado, y quito la copa de mi mano, paso su mano por mi
mejilla y me acerco a él, su toque era cálido y me hacía estremecer, me beso, con esos labios rosados y llenos de pasión, su beso me embriagaba y me hacía querer más, poco a poco sus manos fueron recorriendo mi cuerpo, su bosa paseaba por mi cuello y volvía
ocasionalmente a mi boca, el placer inundaba mi cuerpo, mis párpados pesaban y mi cuerpo se sentía ligero, éramos dos cuerpos conectando en cada toque, su respiración se mezclaba con la mía; dentro de las caricias y suspiros él tomó mi rostro entre sus manos, nuestros ojos se encontraron y nuestros latidos se alinearon.

─ ¿Quién eres? ─pregunte sin perder el contacto visual, en su rostro apareció una sonrisa y en un abrir y cerrar de ojos su cara cambio, su belleza se había transformado, ya no poseía los mismo ojos azules ni rasgos marcados, ahora era un ser grotesco, sus garras se encajaron en mi piel, haciéndome sangrar.

Me desperté agitado, el sudor empapaba mi cuerpo el cual temblaba, ¿Qué había sido eso? En medio de mi confusión salí de la cama y abrí la ventana, el aire fresco hizo un choque de temperaturas contra mi cuerpo, el campo se veía tranquilo y el sonido de los grillos llenaba el ambiente, cuando regrese a mi cama esa sensación de estar siendo
observado del sueño regreso, dentro de la oscuridad me encontré con un par de ojos azules, petrificado y sin saber que hacer, inconscientemente toque mis labios recordando el sueño, el joven salió de las sombras por completo, iluminado por el fuego
de la chimenea.

─ Me preguntaste quien era, me presento, soy Asmodeus, ─dijo con una voz ronca mientras tomaba el libro que solía ser del anciano, después de hojearlo me congelo con
la mirada.

─ Así…así que no fue un sueño ─dije en voz alta más que para mí mismo.

─ Jajaja pareces bastante sorprendido de verme, ─respondió riendo, se recostó en mi cama como si fuera de él─ pero, ¿acaso no habías sido tú el que me invoco?

─ Yo…pero, eso…

─ Los humanos siempre son iguales, hacen cosas sin saber las consecuencias y luego no saben que decir.

Me sentía hipnotizado por su presencia, su sonrisa, sus ojos, su cuerpo…oh su cuerpo, aun siendo religioso dejaba que esos pensamientos llenaran mi mente, me acerque a él cautelosamente, sentándome a su lado logre divisar más de cerca sus facciones.

─ Ven aquí ─me ordeno, yo hice caso y me recosté a su lado, era una cama estrecha en la que apenas cabíamos los dos, frente a frente, el paso sus brazos alrededor de mi cintura y debajo de mi cabeza, ¿Qué estaba haciendo? Es un demonio, ¿Por qué no me poseía o cometía todos esos actos barbáricos de los cuales mis superiores me advirtieron? Sumido en mis pensamientos empecé a divagar.

─ Se lo que estás pensando, ─su comentario me sorprendió─ eres muy fácil de leer, ¿lo sabías? Y no, no es así como funciona, no te someteré a la llama eterna del infierno ni me voy a apoderar de tu cuerpo, aunque no me molestaría que me lo dieras
voluntariamente.

─ Pero…no, esto no esta bien, no debí, no debí haber leído ese libro, no debí haberlo hecho, ¿Qué pensara dios de mí?

─ ¿En serio crees que a dios le importa? él abandonó a los humanos hace mucho tiempo, dejando a los ángeles solos para combatir la naturaleza humana, nosotros
nunca fuimos los que los hemos hecho pecar, el pecado esta hecho a la medida del hombre, es parte de él, nosotros solo los invitamos a aceptar al pecado como parte de ustedes, ─hizo una pausa y luego continuo─ deja de resistirte si tú también lo
deseabas, en el fondo de tu alma.

Quede pasmado, todo eso no podía ser posible, dios, los ángeles, los demonios, toda mi vida fui fiel a esas creencias, siempre las acepte sin cuestionar porque…porque yo fui
parte de ellas, todos siempre me dijeron que mi nacimiento fue un milagro, y si no fue dios quien me ayudo, entonces ¿Quién? y ahora él venia y comenzaba a destruir todo eso.

─ Deja de pensarlo demasiado, solo soy la encarnación de los deseos reprimidos de los humanos, si dejaras de preocuparte me lo harías todo mas fácil.

─ ¿A qué te refie…? ─me interrumpió con un beso, en ese momento supe que estaba jodido...