| 𝐒𝐞𝐛𝐚𝐬𝐭𝐢𝐚𝐧 𝐒𝐭𝐚𝐧 |

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─────────────────────[ 𝗡𝗼, 𝗲𝘀 𝗺𝗶𝗼 ]─────────────────────

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[ 𝗡𝗼, 𝗲𝘀 𝗺𝗶𝗼 ]
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Me moví en el sillón tratando de encontrar una nueva posición perfecta para así continuar leyendo mi libro; pero fui interrumpida por Buck, el perro que Sebastian y yo habíamos adoptado hace algunos meses.
Lo ignore, haciendo que fuese más insistente.

—¿qué sucede?—le pregunté cerrando mi libro dándole paso a acostarse en mi pecho—¿quieres qué te de besitos?—hablé con mi voz de bebé a la vez que comenzaba a acariciarlo.

—no estaría mal que me dieras besitos—la voz de mi novio hizo que alzará mi mirada hasta él, quien me sonreía.

—está bien, ven acá—aparté a Buck para abrir mis brazos para mi chico, no tardó mucho en encontrarse en mis brazos dejando suaves besos en mi cuello. Acaricie su cabello antes de dejar besos en ella; alzó su mirada y repartí besos en sus mejillas, labios y frente haciéndolo reír.

—te amo tanto mi dulce Heidi—sonreí y estaba a punto de besarlo pero Buck comenzó a ladrar—alguien  no quiere que me beses—mencionó Sebas separándose de mi.

—bueno, perro pulgoso él es mío—le dije sacándole la lengua acercándome más a mi novio, pero empezó a gruñir haciendo que me aleje de el. Sebastian solo se carcajeo para después tomar a el perro y comenzar a acariciarlo y jugar con él—deja a ese perro pulgoso, quiero que me prestes atención a mí, no a él—hice un puchero y mis mejores ojos de cachorro.

—está bien, ven—soltó a el perro en espera de que yo me acercara a él y poder abrazarlo, cuando estuve a punto de hacerlo Buck comenzó a ladrar una vez más.

—mío—le recalqué mientras lo abrazaba fuerte, el perro ladró como respuesta y tomó el pantalón de Sebastian comenzando a jalar haciendo reír al rumano—no, suelta, es mío.

Sebastian me soltó y tomó a Buck haciéndome abrir la boca con indignación. Suspiré rendida y los dejé solos, caminé hasta nuestra habitación acostándome en la cama y cubriendo mi cuerpo con las sábanas. Coloqué mi cabeza en la almohada de mi novio para poder exhalar su aroma y abrazarla con fuerza.
El día era lluvioso, por lo que el sonido de la lluvia me arrulló quedándome dormida.
Cuando logré despertar, estiré mi cuerpo y tallé mis ojos para poder acostumbrarme a el brillo de la habitación. Hacía demasiado frío, por lo que tomé la manta enrollándome en ella para comenzar a bajar a la sala.

Al estar abajo me llevé una gran sorpresa al ver como Sebastian comía pizza junto a Buck, traía puesto un sombrero extraño al igual que unos ridículos lentes al igual que el canino. Sacudí la cabeza y entré totalmente a la habitación haciéndo que mi chico me mirará. Yo no dijo nada, simplemente tomé una botella de agua y me dispuse a salir sin molestarlos; pero sentí sus brazos rodeandome.

—¿te vas tan rápido, muñeca?—susurró en mi oído restregando su nariz en mi cuello.

—sí, no quiero molestar tu cena con Buck—dije con cierto fastidio, puesto que desde que aquel perro llegó se llevó toda la atención de Sebastian—así que adiós.

—no linda ven, come con nosotros—me volvió a tomar en sus fuertes brazos—te pensaba despertar, pero lucías tan linda dormida y sabía que necesitabas descansar que preferí no hacerlo. Pero te he comprado un pedazo de tu pastel favorito, y también tu pizza preferida—Sonreí y caminé con Sebas hasta la cocina.

—¿me ayudas?—pregunté refiriéndome a que me subiera a la isla de la cocina; el entendió y me tomó por la cintura subiéndome en ella, dejando un beso en mi pecho—gracias cariño.

—no hay porqué—me regaló una de sus lindas sonrisas y me entregó un plato para poder servir mi rebanada de pizza.

—¿qué se supone que hacían Buck y tú?—indague mientras mordía mi pizza.

—solo una pequeña fiesta; pero no es lo mismo sin ti—se colocó en medio de mis piernas recargando su cabeza en mi pecho acariciando mi pierna—te extraños en el tiempo que estuviste dormida.

—sí bueno, no te creo—me miró mal—se ve que el pulgoso disfrutó tenerte para el solo, es decir, me odia, no me deja acercarme a ti.

—el no te odia—fruncí el seño—bueno tal vez un poco, pero yo te amo a ti.

—oíste eso, pulgoso—le dije al canino que me miraba mal—me ama a mí, no a ti—le mostré mi lengua para después abrazar a mi Sebastian.

—es mío—Buck rápidamente entendió y comenzó a labrar—No, mío. —dije una última vez antes de oír las carcajadas de mi novio.

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Un poco corto lo sé, pero gracias por las 65k visitas. Las amo 🤍🤱🏻

𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒 𝐌𝐔𝐋𝐓𝐈𝐅𝐀𝐍𝐃𝐎𝐌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora