01• Tostada y Mermelada

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La vida te prepara versiones absolutamente diferentes a lo que te imaginas para el día siguiente, la semana siguiente, la quincena siguiente, el mes siguiente, el año siguiente. Una version solitaria que solo uno debe de soportar.

Nunca imaginé estar sentado a la esquina de una mediocre tienda en bancarrota, ni mucho menos en tener a la vista a través de la ventana a un local de productos de anime.

¿Quién piensa que ando en un aprieto? Yo. Yo mismo. Confieso en que soy la primera persona.

Estrés, estrés, estrés.

El simple hecho de que note cómo van cada vez más visibles las venas de mis pies empeora mi estado de ánimo. ¿Quién imaginaría que mi estilo de vida me haría odiar y amar al mismo tiempo al trabajo?

No me considero lo suficientemente inteligente para retomar de nuevo el volante que controla mi mente.

Solo... ¿qué hago?

Cada vez de nuevo cedo mis esperanzas a cada visita a la escuela de manera inoportuna cae en picada cuando se me presenta un muro. El muro llamado el ingreso de mi trabajo.

¿Acaso de manera inconsciente me creo la idea de que trabajar más horas extras me hará cambiar algo? No dire patético, ni describiré mediocre, simplemente lo confesaré con una sola palabra para esta cosa: mi vida es confusa.

Muchos dirán que el tiempo no importa, otros opinarán que hasta aquí llegué, y el resto susurrarán que nunca tuve oportunidad.

¿Qué clase de perspectiva de vida tienen los que me aconsejan dejar mi meta al pozo? ¿Qué tipo de resultados espero con continuar estos hábitos de todos los días?

Mañana es trabajo. Pasado mañana es trabajo. Pasado-pasado mañana es trabajo. Y pasado-pasado-pasado mañana... ¿qué creen?...

Pues lo adivinaron bien...

Es trabajo.

El momento en que deje el trabajo, de manera definitiva no volveré. Tal como lo hice con mis puestos pasados. No me veo siendo un cajero, no me veo en una pollería, no me veo en un local de productos de comida, y en definitiva... no me veo en una factoría donde arme piezas pesadas por un sueldo promedio. Admiro a quienes llevan más de cinco años en estos lugares, pero mi mente está en definitiva... en otra parte.

—Mantén esto en mente: La PRIORIDAD siempre serán los clientes —recalcó con seguridad el supervisor de la tienda mientras apoyaba sus ambas palmas de sus manos sobre la mesa. Nos miró a mi compañera y a mí en un fallo intento de lucirse rígido y profesional—, y es por ello de que SIEMPRE deben asegurarse de que el parking estén disponibles en todo momento para ellos.

Un incómodo silencio surgió en la pequeña oficina del que me encontraba, las cortinas oscuras cumplieron bien su función de disimular del desorden de papeleo que había sobre su escritorio. Estaba claro que resultara evidente que la organización de este negocio fuera en definitiva un completo desastre.

Suspiró mi compañera de trabajo mientras cubría su cara de enojo con su mano sobando sus sienes, y en eso miró con total indignación hacia el encorvado hombre, dispuesta en protestar—: Entonces... ¿nosotros qué? No venimos volando señor, se lo recuerdo por si no lo había pensado.

Siempre ha sido una chica muy franca, realista en su posición, pero indispuesta a rebajar su dignidad. Pero algo le rompió por dentro ante la respuesta indiferente del superior—: Simple, pueden dejar sus autos en el estacionamiento del parque más cercano. Estoy seguro de que no será ningún pro..

—¿Se refieres al de a 7 minutos de aquí... —interfirió mi compañera sin dudarlo con una postura bien recta y sus puños bien cerrados—. en carro? A las 10 de la noche, al lado del rio de las aguas negras, en plena mitad de temporada de lluvias ácidas. —Finalizó su expresión con una sonrisa de disgusto y giró sus pupilas con desdén—. Que irónico, el mismo lugar donde hace dos meses hubo un tiroteo y dos víctimas.

UNA FLOR ENAMORADA DE UN ÁRBOL ©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora