EROS • jjk + pjm

2-(Don't) Touch me, please

Las manos de este bastardo estaban en mi muslo, y seguían subiendo hacia mi entrepierna.

Sobresaltado, le di una palmada en el brazo y me volví hacia él con los ojos muy abiertos. Pero seguía sonriendo, y levantó una línea blanca con la mano que me había acosado un segundo antes.

-Había una pelusa suelta en tus pantalones- Dijo, cínicamente, mientras apartaba su cara de la mía.

Sentí que mi corazón latía demasiado rápido, y no tenía ningún sentido. No debería sentir nada más que ira.

Entonces, con las manos más sueltas que antes, abrí mi cartera, saqué más dinero del que sé que necesito para pagar mi cuenta y tiré los billetes sobre el mostrador.

-Quédate con el cambio- Le dije a Calvin, y al instante siguiente me levanté a toda prisa, tanteando para meter la cartera en el bolsillo.

Mis pies también se interpusieron, pero no dejé de caminar hasta salir de ese bar.

Cuando llegué a mi coche, aparcado en la siguiente manzana, maldije al ver que estaba atrapado entre una camioneta y un sedán.

Joder. Parece que la gente se complace en cerrar los coches de los demás.

No es que esté en condiciones de conducir, pero tampoco estoy en condiciones de sopesar mis acciones. Sólo quería salir de aquí.

Entonces busqué en mis bolsillos mi teléfono móvil para pedir un taxi, pero me desesperé cuando me di cuenta de que no lo tenía conmigo.

-Qué demonios...?-

-¿Acaso buscas esto?

Aparté la mirada sobresaltada al reconocer la voz del pervertido, y en serio, es imposible que este tipo me haya seguido fuera del bar

De todos modos, tiene mi teléfono en la mano, cierro la mandíbula antes de acercarme a él y estirar la mano para recuperar mi teléfono, pero él levantó el brazo, dejándolo fuera de mi alcance.

Ese sería un gran momento para conseguir unos cuantos centímetros más.

-Dámelo.- Dije, tratando de alejar mi mente de mi nerviosismo sin sentido mientras intentaba no explotar de rabia.

Apretó los ojos, como si estuviera ofendido. -¿No escucharé un "gracias"?-

-Gracias.- Murmuré, agriamente. - Ahora devuélveme mi móvil.-

Ladeó la cara, como si estuviera pensativo, y bajó un poco el brazo, pero lo volvió a levantar en cuanto intenté recuperar lo que era mío.

Molesto por su falta de nociones, salté intentando alcanzarle, pero la borrachera me hizo perder el equilibrio y casi me caigo al suelo al aterrizar. Sin embargo, un movimiento un poco precipitado me hizo lanzar mi cuerpo hacia el suyo para encontrar algo de apoyo en medio de la borrachera y entonces mi pecho chocó con el suyo, nuestros rostros estaban terriblemente cerca e inhalé lentamente cuando sentí su brazo sosteniéndome, viendo reaparecer su sonrisa bastarda cuando mis manos dudaron en sujetar sus hombros para apoyarme mejor después del susto.

-¿No crees que queda mejor así?- Me preguntó, apretando aún más su brazo alrededor de mi cintura mientras el otro seguía levantando mi móvil fuera de mi alcance.

Parpadeé, dándome cuenta de lo que estaba pasando, e intenté soltarme al mismo tiempo, pero el bastardo no sólo parece fuerte. Lo és.

-¡Suéltame!-

-Suéltame tu primero.- Respondió, con una sonrisa cínica.

Me costó un poco entenderlo, pero luego me di cuenta de que mis desdichadas manos habían vencido la reticencia de mi conciencia y apretaban sus brazos.