Capítulo 2

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Yoongi estaba recostado sobre el mostrador, sus pies en punta intentando captar con la vista los movimientos del exterior. La mudanza estaba llegando a su fin, el hermoso chico que ahora sería su vecino había trabajado arduamente durante toda la tarde, para al fin terminar de entrar todas sus pertenencias dentro de su nuevo hogar.
Su remera blanca se había pegado a su cuerpo debido al sudor, sus piernas cubiertas por una bermuda se veían musculosas, sus manos pequeñas se veían rojizas por el esfuerzo y Yoongi sentía que todo su cuerpo se estremecía ante aquella imagen.

-¿Por qué no te acercas y le hablas?- preguntó con una risita Jungkook al ver la actitud curiosa del otro.

-¿A quién?, no sé de que hablas- refutó tratando de incorporarse detrás del mostrador.

-Claro, no sabes, así que iré a llevarle un vaso de agua fresca y un muffin a nuestro vecino, a modo de bienvenida además seguro está cansado y hambriento- informó Jungkook esperando la reacción de su amigo.

-¡¡No!!- gritó desesperado  -No vayas, digo debes de estar cansado, siéntate y descansa, yo iré, yo le llevaré todo y le daré la bienvenida,  tu solo espera aquí- explicó tomando las cosas en sus manos y acercándose a la puerta para salir.

Jungkook sonrió, su amigo estaba perdido por el nuevo vecino, estaba seguro de eso.

Se acercó lentamente observando cómo el joven hacía fuerzas para poder entrar un sillón que habían dejado en la entrada de su departamento.

-¿Necesitas ayuda?- preguntó con una gran sonrisa

Jimin lo miró y bufó frustrado.
-Si, bueno, este sillón me la está haciendo difícil- comentó y mordió su labio inferior, cosa que hizo que Yoongi se tensara y tragara buscando aire.

Se miraron por un instante y Jimin arqueo una ceja.
-¿Me vas a ayudar o no?- Indagó totalmente sonrojado, y ese fue otro golpe para el panadero que no podía reaccionar.

Jungkook vio la escena y se golpeó la frente con su palma, su amigo estaba hecho un bobo, caminó hasta el nuevo vecino y habló.
-Yo te ayudo- dijo y miró a Yoongi queriéndolo matar.

-¿Él está bien?- preguntó preocupado.

-Si, no te preocupes, generalmente es gruñón y habla más, es solo que está algo confundido- explicó y ayudó al chico a levantar el mueble.

Acomodaron el objeto dentro del departamento, cruzaron algunas palabras y Kook bajó para encontrarse con su amigo que seguía en el mismo lugar con la vista perdida hacia dentro de la casa.
-Yoongi, en serio pareces estúpido- comentó y se metió en el negocio para seguir atendiendo.

El panadero se quedó un rato más en aquel estado, cuando al fin reaccionó quiso golpearse a él mismo, ¿por qué se quedaba sin palabras y como estatua cuando estaba frente al vecino nuevo?, seguro se veía como idiota, pensó y entró de nuevo al local.

Jungkook bufó al ver que aún tenía en sus manos el bocadillo que había llevado para darle al otro.
-Amigo, en serio, si sigues así, Jimin creerá que tienes algún tipo de problema y jamás tendrán una cita- exclamó sonriendo.

-¿Una cita?- gritó Yoongi  -¿De qué demonios hablas Jeon? Jamás pensé en tener una cita con alguien que apenas conozco- espetó nervioso poniéndose nuevamente su delantal de trabajo.

-Si cada vez que lo cruzas te quedas mudo, nunca lo conocerás y nunca tendrán esa cita- dijo con sarcasmo.

Yoongi lo fulminó con la mirada, podría asesinarlo en ese momento pero pensándolo bien, su amigo tenía razón, así nunca cruzaría palabras con el hermoso vecino y nunca tendría alguna posibilidad con este.
-Solo, no sé por qué me quedo hipnotizado cuando lo veo, es raro- comentó casi susurrando.

-No es raro amigo, es lindo, demasiado lindo, y estoy seguro que es tu tipo, por eso te quedas así como tonto cuando lo ves-

-¿Crees que alguien así podría darme una oportunidad?, vamos Kookie es imposible, además seguramente tiene un novio ultra modelo o algo asi- habló mientras lanzaba un suspiro

-¿Min Yoongi acaso te estás rindiendo antes de tiempo?, no lo puedo creer, ese chico te ha pegado más duro de lo que imaginé, tu jamás fuiste alguien inseguro- se sentía mal por su amigo y su forma de pensar con respecto a él mismo frente al vecino.

-No es inseguridad, es sinceridad, seguro Jimin tiene pareja, ¿quién se negaría a estar con él?- y un nuevo suspiro salió de sus labios.

Jungkook sonrió y miró a su amigo
-¿Te gusta verdad?-

-Debería ser ciego o idiota para que no me gustara-

-¿Entonces? ¿qué piensas hacer?-

-¡Nada!, apenas llegó al barrio, no lo conozco, ni siquiera sé si es gay, si tiene pareja o es un asesino serial, no pienso hacer nada, además de que parezco adolescente hormonal cuando lo veo y no puedo hablarle,  olvidate, no haré nada y no hablemos más del tema- exclamó para entrar a la cocina y ponerse a cocinar algo que le quitara el estrés.

Jungkook se quedó pensando, de los años que hacía que conocía a Yoongi, y eso era toda la vida, jamás lo había visto así cuando conocía a alguien. Generalmente Yoongi era extrovertido, divertido, encantador, y todos los que se acercaban a él caían irremediablemente ante su seducción y encanto, pero ahora, ahora parecía un niñito asustado sin experiencia y con muchas inseguridades. Así que lo pensó  muy bien y decidió que haría lo que sea para que el nuevo vecino conociera a su amigo y se enamorara de este.



Faltaban unos minutos para cerrar cuando la campana de la puerta sonó, Jungkook levantó la vista de las cuentas que estaba haciendo y sonrió al ver al cliente que entraba.

-Hola, disculpa la hora, pero con esto de la mudanza no he tenido tiempo de comprar nada para comer y mi heladera obviamente está  vacía, así que pensé que quizás podrías ayudarme, que puedes venderme algo para pasar la noche y no morir antes de ir al mercado mañana- Jimin sonreía mientras hablaba con el otro.

-¡Yoongi!- gritó haciendo que su amigo saliera asustado de la cocina.

-Qué  demo... y ahí estaba otra vez, mudo y en shock ante el sonriente chico que estaba frente a él.

-Ah Yoongi, Jimin necesita comida, ¿por qué no lo invitas a comer contigo? ya sabes yo debo salir y tu comerás solo- explicó mientras hacía que Jimin llegara a la parte trasera del mostrador.

-Oh no, no, no, no quiero molestar, solo véndeme algo, una porción de pastel, o alguna rosquilla, lo que sea que tengas y me iré, no es necesario que se preocupen- comentó totalmente sonrojado.

-Hice carne al horno con papas y algo de ensalada, también pan de salvado que acabo de sacar del horno- la información brotó de sus labios casi sin pensarlo.

-Genial, quédate a comer con mi amigo Jimin, sino tendrá que comer solo, ya sabes tengo una cita y ya se me está haciéndo tarde, aprovechen a conocerse y todo eso ¡adiós!- gritó mientras tomaba su chaqueta y salía de allí.

Jimin miró a Yoongi quien seguía parado en su lugar mirándolo con intensidad.

-Ok, mira no es necesario que hagamos esto, evidentemente algo pasa contigo, es decir parece que no te caigo muy bien y es una pena, porque apenas me conoces y podría caerte bien si hablaras conmigo y me conocieras un poco, pero no puedo obligarte a hacerlo. Me iré a mi casa, no va a ser la primera vez que me vaya a dormir sin comer, adiós- sus palabras fueron de mayor a menor, como si se fuese desinflando a medida que hablaba.
Jimin giró sobre sus talones y se disponía a salir de allí cuando sintió la mano de Yoongi tomarle la muñeca.

-No te vayas, quiero conocerte- dijo bajito sin dejar de mirarlo.

El vecino sonrió de manera amplia, con esa sonrisa que a Yoongi ya le parecía lo mejor del mundo.
Entraron a la cocina y se sentaron a comer.

Yoongi al fin sintió que no estaba tan lejano el lindo vecino y que quizás, podría tener una oportunidad con él.

Dime quién eresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora