Capítulo 1: El Hijo y el Padre

109 3 0
                                    

Esa noche disparos abatían una casa en los bosques, la noche fría ocultaba sus caras y un niño por una ventana veía siniestras sonrisas en la oscuridad. La cálida mano de su padre lo toma y lo lleva al suelo mientras una bala rompe el vidrio. El niño es cubierto exitosamente por su padre, el joven aún somnoliento no comprende que ocurre. De pronto siente fluir un líquido mientras su padre lo abraza, al percatarse de que es sangre el horror lo inunda de inquietudes 

—Papá ¿Qu-qué pasa, quienes son ellos, por qué nos atacan? ¿¡Qué está pasando!? —gritaba el niño entre lágrimas de miedo y angustia

—La gente cree cosas que la envidia dice, mentiras, pero hijo, tu no debes escuchar esas mentiras debes creerme que yo nunca hice nada- respondía con una cálida sonrisa. —ahora debes irte, en los bosques hay una antigua choza nuestra quédate ahí unos días hijo

—Pero, papá y ¿Tú que harás? —mencionó el pequeño

—Intentare calmar a estos hombres, los alcanzare luego no te preocupes. Ahora toma a Haru y corre, vete por atrás que nadie te vea, yo los distraeré, y recuerda esto, eres mi tesoro te amo hijo.

El niño tomó a Haru, un pequeño lobito su amigo y mascota. Se escabulló por los muebles hasta llegar a la puerta trasera que daba a un enorme montaña un bosque enorme.

 Lo último que vio de su padre fue esa hermosa sonrisa de esperanza, que tenía cada vez que todo iba mal. No quería mirar hacia atrás no quería oír lo que pasaba solo quería llegar a la choza, esperar a su padre y que esto pasara. No sabía por qué, pero estaba triste, no comprendía que pasaba pero tenía angustia. Al llegar a la choza se cubrió con una manta, se sentó en el suelo con su fiel lobito mirando la puerta, esperando, y susurrando "papá llegara pronto".

 El niño callo víctima del sueño, mientras dormía vio una luz de pronto apareció esa típica sonrisa de su padre y lo escucho a él diciendo "te amo, mi quiero hijo...cuídate"

 —Papá! — grito como nunca al despertar.

 No sabía por qué, pero una lagrima caía por sus ojos, no veía a su padre por ningún lado tenía miedo, quería verlo. Salió de la choza, llamó a Haru y corrieron montaña abajo a la casa en busca de su padre.

— ¿Qué es ese olor?...Es leña quemada-rio, para luego sonreír alegre y esperanzado —Papá ya debió haber hecho el desayuno, no es genial Ha...-

Pero enseguida toda su felicidad se vio amargada, pues el olor a leña quemada no era más que olor de las ruinas de aquella casa, que llamó toda su vida hogar

—Él debe...debe estar atrapado debo buscar a pa.....- antes de terminar la última palabra rompió en llanto, una chaqueta en un palo quemado en medio de las ruinas ondeaba al son del viento. —Papá, no... Por favor no, no me dejes solo por favor... NO ME DEJES PAPAAAA ¡¡- grito tristemente como si su alma y corazón fueran desgarrados por aquel tal horrible destino que nadie debe vivir. "Eres mi tesoro, te amo hijo..." recordó aquella ultima y hermosa frase que le dijo su amado padre.

No podía llorar debía ser fuerte, acaricio al pequeño Haru y caminó por las ruinas de su antiguo hogar tomo la chaqueta de su padre, no tenía expresión alguna en su rostro. Un rayo de sol iluminó los restos de la casa y mientras se puso la prenda exclamó.

—Sé que él está vivo, esos hombre malos lo tienen y no descansare ¡Hasta que me lo devuelvan! —Una expresión de valentía y coraje emanaba de su rostro, mientras caminaba por el bosque devuelta a la choza, él y Haru.

Las crónicas del loboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora