Lo que paso al regresar de Narnia

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Al día siguiente la suerte estaba de nuestro lado, un hermoso día soleado nos recibió en la mañana, después de desayunar, salimos finalmente al jardín, Lucy me ayudo a regar todas las rosas y flores que había, yo adoraba las flores, siempre me había sentido conectada a la Tierra y me había dedicado a cuidarla desde que tenia uso de razón.

- ¿y si jugamos beisbol? Todos miramos a Edmund que había propuesto la idea.

-Esa es una excelente idea Ed. Dijo Peter.

-Yo no se jugar. Dije apenada.

-Podemos enseñarte, no es muy difícil. Dijo Edmund

Comenzamos a jugar, Yo era la Catcher, Edmund bateaba y Peter Lanzaba, las chicas estaban en la sombra del árbol, Lucy seguía algo sentida con Edmund y Susan no quería dejarla sola, el juego comenzó a ponerse interesante y entonces paso lo inevitable, Edmund bateo con demasiada fuerza, lanzando la pelota a la ventana del segundo piso rompiendo una ventana, un gran estruendo sonó desde adentro.

Todos corrimos hacia esa habitación, al llegar notamos que la pelota solo había derribado una armadura medieval que fácilmente podía ser acomodada, sin embargo lo preocupante era el hueco que había dejado en la ventana de vitrales, nuestro pánico aumento cuando escuchamos la voz de la señora Macready acercarse. 

Salimos de la habitación a toda velocidad probamos escondernos en las habitaciones cercanas pero por algún motivo estaban cerradas con llave, eso era algo inusual puesto que normalmente estaban abiertas, no tuve tiempo de pensar mucho en eso pues la voz y los pasos de la Señora Macready se acercaban a nosotros, pasamos un pasillo pensando que debía de haber alguna habitación abierta en este piso.

-No, no vuelvan, vuelvan. Dijo Edmund que iba al frente al darse cuenta que estábamos en un callejón sin salida, corrimos por otro pasillo hasta llegar a las escaleras, la señora Macready nos pisaba los talones, de ninguna manera podríamos escondernos todos sin que nos escucharan.

-Tengo una idea, suban al tercer piso y escóndanse, yo la distraigo. Dije susurrando.

-¿Que? NO, no te dejaremos aquí. Reclamo Peter también susurrando.

-No tenemos tiempo para discutir esto Pet. Dijo Edmund refiriéndose a los pasos que parecían acercarse cada vez mas.

-Solo háganlo, yo los alcanzo después. Los Pevensie subieron a toda velocidad, yo corrí a por el pasillo contrario a las escaleras, tratando de hacer el mayor ruido posible, podía sentir como los pasos y voces de escuchaban cerca de mi, persiguiéndome, cada vez me faltaba mas el aliento y los pasos se acercaban, entonces choque con la misma Señora Macready.

-Señorita Kirkle, no corra, tenga mas cuidado. La mire confundida y con la boca abierta, si ella estaba aquí ¿Quién me estaba persiguiendo?

-¿Se encuentra bien?, parece que vio un fantasma. Yo seguía un poco en shock y tratando de recuperar el aliento.

-S-si estoy bien, no se preocupe señora Macready. Ella me miro con extrañeza pero no me dijo nada mas, solo siguió su camino

Decidí ir a la habitación donde habíamos roto la ventana, me sorprendí al ver a mi abuelo con la pelota en la mano.

-Hola querida, creo que dejaron esto aquí. De seguro vio la ventana rota y ahora iba a darnos un buen regaño.

-Ab-abuelo, no te molestes con nosotros,  antes que nada, n-no fue nuestra intención, fue un accidente, estábamos jugando. Dije rápidamente tratando de excusarnos, mi abuelo me miro confundido.

-¿Molestarme con ustedes? ¿Por que estaría molesto con ustedes?. Estaba confundida, ¿Qué acaso no había visto la ventana?.

-Pues por el hueco de la.... Me quede totalmente impactada y confundida, la ventana estaba intacta, ¿me habré equivocado de habitación? no podía ser por que la pelota que mi abuelo tenia en su mano era la de Peter y es la que habíamos dejado en la habitación.

- Por cierto, -¿donde están los jovencitos Pevensie? llegaron cartas para ellos. Yo me acerque a donde había estado el hueco, estaba solido, era totalmente inexplicable y no tenia sentido.

-ehhh creo que en alguna habitación del tercer piso. Mire la pelota en su mano y después la ventana.

-Bueno vamos a buscarlos, para poder entregarles sus cartas. Salimos de la habitación hacia el tercer piso, aun estaba un poco impactada pero trate de demostrarlo, mi abuelo podría notar que algo me pasaba, empezamos a buscar en cada habitación del tercer piso, pero los chicos no aparecían, parecía que se habían esfumado, pasamos varios minutos buscándolos, hasta que escuche un ruido en una de las habitaciones del fondo, cuando la abrimos, los Pevensie estaban en el suelo y el ropero abierto.

-así que aquí estaban...¿Qué hacían todos escondidos en el ropero? 

-No nos creería si se lo decimos- Dijo Peter con una sonrisa, una que el abuelo le devolvió como si ya supiera la respuesta, entonces le lanzo suavemente su pelota, Peter atrapo con la mano izquierda.

-Probemos. Dijo mi abuelo.

Los Pevensie se levantaron y me miraron, Lucy corrió a abrazarme fuertemente.

-Lira, te extrañamos mucho. Los otros 3 Pevensie hicieron los mismo que Lucy.

-¿De que están hablando si solo se fueron durante media hora?

-Para ustedes fueron años ¿cierto?. Dijo mi abuelo, entonces todo encajo, ellos habían ido a narnia.

- ¿Entonces es cierto? ¿F-fueron a Narnia? Pregunte asombrada ellos se miraron con complicidad y asintieron.

Los días pasaron y ellos me contaron toda su estadía en Narnia, sobre Aslan y sobre la bruja blanca, como es que regresaron, la batalla, ellos cambiaron un poco en especial Edmund, ya no era el niño con comentarios Mordaces y de mal humor, ahora era Justo y considerado, nos llevamos mucho mejor desde aquel momento, todos tenían un brillo de madurez en sus ojos difícil de ignorar, era realmente admirable, cada que me contaban mas sobre aquel lugar, mas me impresionaba, cuando la guerra acabo y ellos tuvieron que marcharse fue un sentimiento devastador, los iba a extrañar muchísimo y se que ellos igual a mi.

Varias noches después de la partida de los hermanos Pevensie miraba el armario pidiéndole que me dejara entrar a Narnia, yo también quería vivir aventuras, todos los que me rodeaban las habían tenido, muchas noches pensé que quizá yo no seria digna de vivir tales aventuras, de conocer aquel lugar que solo en sueños podía ver, gracias a las historias que me habían relatado y así poco a poco la esperanza y la ilusión de ir murió, después de 6 meses ahora evitaba la habitación del armario a toda costa, era un recordatorio de un lugar que nunca podría visitar por las que lo deseara.

o bueno....eso fue lo que yo pensaba.

LA PROTECTORA ( Experiencia Shifting Narnia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora