El Origen de la Sangre

1

Todo es tan simple cuando entiendes el porqué de las cosas, cuando conoces la razón de lo que sucede, cuando sabes porque debe suceder... Pero, en mi caso, era todo lo contrario, no sabía porque pasaban las cosas, no entendía porque era a mi a quien debían sucederle las tragedias; dicen que, recibes lo que mereces, pero, ¿De verdad yo merecía todo lo malo? He escuchado la expresión de "En mi vida pasada debí haber cometido algo realmente malo como para estarlo pagando en esta" pero, si eso es verdad, ¿Acaso habré sido Hitler? A lo mejor y esa es la razón del porqué me pasan las peores cosas.

Apuesto que alguna vez, te has sentado un momento, y te has puesto a reflexionar sobre tu vida, recuerdas esos momentos de cuando eras pequeño, cuando jugabas con tu madre, o tu padre, o incluso con tu mascota, recuerdas la vez que te caíste y papá te tuvo que cargar hasta tu cuarto, cuando aprendiste a andar en bici sin las rueditas, tu primer graduación, cuando aprendiste a nadar, cuando tú madre te dió un chancletazo desde la cocina, cuando tú primer diente se cayó y emocionado lo fuiste a dejar bajo tu almohada para que al despertar encontraras una moneda o algún caramelo... Recuerdos que marcan tu vida, aquellos que sin importar si fueron buenos o malos, al pensar en ellos, no puedes evitar soltar alguna lágrima mientras sonríes, y piensas "Que buenos tiempos" o "Que feliz era en ese entonces". Que lindo es tomarte un tiempo, y recordar un poco, sentada a la orilla de la cama, o en un picnic, a la orilla del río, en el césped, en los columpios de un parque, pero para mí, es mejor recordar todo sentada, en la orilla de la azotea de un manicomio, en una de las ciudades más grandes de Corea, con miles de personas pasando por debajo de mis pies, porque, los recuerdos que a ti te hacen feliz, a mi me hacen querer volar, y aún tocando el suelo, cerrar mis ojos por un largo tiempo, soñar, tocar las nubes por un momento, ver la gloria y divinidad de Dios en los cielos, aunque por mi decisión me condene al infierno, porque créeme, que el infierno sería incluso un mejor paraíso, que el seguir respirando en un mundo donde te drogan para calmarte, donde dicen querer ayudarte pero solo te hacen revivir tus pesadillas una y otra vez, y te castigan por sentir, te aislan por pensar, y te matan por querer vivir...