Kageyama siempre a pensado que no se necesita de una recompensa más allá de la satisfacción de haber hecho algo bien.
- ¡¿Viste eso, Yamaguchi?! —Exclamó emocionado el pelinarnaja.
- ¡Sí! Lo hiciste genial —Dijo alegremente.
Pero, llevaba ya tiempo pasando que cada que Hinata así algo muy bien, este corría hacia Yamaguchi, quien le felicitaba mientras le acariciaba la cabeza.
En un principio lo ignoraba, pero cada vez se sentía más curioso por aquel absurdo asunto, simplemente no entendía que le veían de divertido a eso. "¿Le gusta que lo traten como una mascota?" se preguntaba cada vez más.
- Hinata —Llamo la atención de este— ¿Puedo preguntarte algo?
- ¿A mí? —Le miro confundido— ¿Que cosa?
- Pues... —Su vista se dirigió al pecoso, quien estaba a lo lejos hablando con el alto rubio — ¿Podemos hablar afuera?
- Pero que sea rápido, mis papás van a salir y tengo que ir a cuidar a Natsu.
Ambos chicos caminaron hacia la salida del gimnasio siendo momentariamente detenidos por el peliverde.
- Nos vemos mañana, Hinata — Estiró su mano para revolver aquellos naranjas cabellos rizados.
- ¡Hasta mañana, Yams! —Se despidió felizmente ante este gesto.
- Hasta mañana, Kageyama —Bajó su mano.
- Ah, sí... hasta mañana — Dijo extrañamente decepcionado.
- Adiós raritos —Dijo Tsukki.
- Ahg, no adiós para ti, poste con lentes — Se "despido" sacándole la lengua en señal de burla.
Kageyama no dijo nada, solo siguió su camino, ya estando a fuera se sentaron en una de las bancas.
- ¿Y bien? — Interrogó— ¿Que quieres preguntarme?
- ¿Por qué Yamaguchi hace eso?
- ¿Ser amigo de Tsukishima? Ni siquiera yo lo entiendo.
- Eso no, idiota —Bufó con fastidio— Me refiero a lo de acariciar tu cabello.
- Ah, él me contó que su abuela solía hacer eso en como "recompensa" cuando se portaba bien, sonaba divertido así que pedí que lo hiciera conmigo.
- Pero es raro.
- ¡No es raro, es reconfortante! —Se defendió— Las manos de Yamaguchi son muy suaves y cálidas, además de que siempre lo hace sonriendo, sonará ridículo pero te sube mucho el ánimo.
- Solo revuelve tu cabello, ¿Que tiene eso de bueno?
- Es muy cálido y suave, ya te lo dije.
- ¿Y? No entiendo porque sientes la necesidad de que lo haga.
— Suspiró — Es inútil que te lo diga, si quieres saber que se siente, ¿Por qué no le pides que también lo haga contigo?
- Más inútil eres tú que no eres no sabes explicar.
- Te diría algo, Bakeyama —Se pudo de pie— Pero tengo que irme ya y tus necesidades no son mi problema.
Al final no había respondido su duda, tal vez era cierto que la única manera de entenderlo era experimentar aquello por si mismo.
- ¿Quieres que me quede a cenar en tu casa hoy?— Escuchó de lejos al pecoso que caminaba con el rubio.
- Mamá preparó una cena para celebrar el cumpleaños de mi hermano —Respondió—Es bastante molesto tener que estar a solas con ellos.
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Dulce recompensa [YamaYama]
FanfictionYamaguchi tiene una manera adorable de motivar a las personas.