17. How do I forget you

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Yoongi tenía qué pasar página cuanto antes, así que empezó por bloquear el número de Seokjin, renunciando por completo a las conversaciones tontas que le ayudaban a rendirse al sueño por las noches. Al principio de su historia, le había bloqueado y ahora lo hacía de nuevo. Pero esta vez era la definitiva.

-Si te pregunta-le dijo a Jungkook un día-, dile que estamos bien. Solo quiero poner las cosas más fáciles...para los dos, supongo...

Yoongi se volcó también en sus estudios. El dolor que sentía le ayudó en cierto modo, pues lo canalizó en la creación de nuevas melodías. Había noches que su mente estaba en blanco, y otras que no podía dejar de componer.

También volvió a trasnochar y a salir, sobre todo con Jimin, Jackson, Hoseok y Haeri, porque las otras dos parejas eran de hábitos más tranquilos. No retomó su relación de amigos con derechos con Jimin, aunque lo besó en alguna de aquellas fiestas, cuando estaba muy borracho. Intentó volver a su rutina de acostarse con extraños por las noches, pero casi siempre se echaba para atrás en el último momento, porque se acordaba de Seokjin.

Aquella noche en concreto, después del éxito del recital de verano de Yoongi, Jungkook, Taehyung, Hyejin y Namjoon también se habían animado a celebrar en un local de Itaewon. Yoongi se perdió en la multitud al ir a pedir otra copa, y sin saber cómo, se hallaba bailando sin ganas delante de una joven alta de cabello negro a la que, después de varios fogonazos de luz en el rostro, reconoció como Youna.

Youna, la hermana de Park Iseul, a quién le había dejado su número en la boda de Seokjin. No había vuelto a saber nada de ella, o a pensar en ella siquiera.

-¡Yoongi!-saludó ella, alegremente, a pesar de lo alta que estaba la música.

Youna sabía moverse, aunque Yoongi estaba tan borracho que apenas tenía conciencia de su propio cuerpo. La veía pegarse a él, subir, bajar, sonreírle, acercar la boca a su oreja, y era como si todo aquello le estuviese sucediendo a otra persona.

Las luces del club le mareaban. El ambiente era decadente y Yoongi actuaba de manera mecánica, sus manos en la fina cintura de ella, sus labios contra los labios hambrientos de ella. Yoongi estaba acostumbrado a eso, pero apenas despertaba ya emoción en él.

Solo podía pensar en la última vez que la había visto, el día que había empezado a cuestionarse la naturaleza de sus sentimientos por Seokjin. El día en que debería haberlo tomado la mano, el día en que debería haber escapado con él, porque podía haber un destino mejor para los dos, lejos de aquel altar, de aquella gente, pero siempre cerca el uno del otro.

Youna lo estaba tocando, Yoongi simplemente se dejaba hacer, casi completamente ido. El alcohol, la nostalgia y la pena no eran una buena combinación, y le hacía perder la noción de la realidad. Le costó varios segundos darse cuenta de que se había dejado caer en sus brazos, que la estaba abrazando con fuerza, llorando sin lágrimas.

Ella pareció genuinamente preocupada, y lo llevó fuera a través de una de las puertas traseras del local. Yoongi se soltó, se apoyó en la pared y encendió un cigarrillo.

-¿Estás bien...?-preguntó Youna.

-Perfectamente-dijo Yoongi, después de una pausa-. Esperaré a que se me pase un poco y te llevaré a casa...

-No tienes por qué acompañarme-dijo ella, con una sonrisa-. Mi chófer puede llevarnos a los dos, si todavía quieres...pasar...y todo eso...La otra vez te dije que tenía un piano de cola en mi habitación, ¿recuerdas...?

-Me gustaría verlo-Yoongi le siguió el juego.

Sacó el telefono para avisar a sus amigos de que pasaría la noche fuera. Les dijo que no se preocuparan, aún a sabiendas de que lo harían, porque llevaban varios meses muy pendientes de él, desde que Seokjin y él habían cortado definitivamente. Le fastidiaba que lo trataran como si no supiese (o quisiese) cuidar de sí mismo, así que le vendría bien escaparse un rato, aunque fuese en brazos de un recuerdo.

Losers (MY+KSJ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora