Un tal Martin Garrix

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Estabamos en el coche, 'Poet' sonaba de fondo y yo la cantaba con mis ojos cerrados disfrutando de cada acorde. Hayden y yo estábamos de camino a la estación para recoger a Brooke, echaba de menos a esa idiota y Hayden estaba mordiéndose las uñas psicológicamente. Solo había sido una semana pero notábamos mucho su falta.
La relación entre mi hermano y Brooke ya la había asimilido del todo puesto que ya llevaban algún tiempo. Es cierto que no estaba muy segura de como podían terminar las cosas puesto que su relación era un tanto...extraña.
Al llegar a la estación nos fuimos a la zona por dónde pasaban los que venían. Tuvimos que esperar como unos 10-15 minutos pero al fin la vimos aparecer por el fondo junto con algunas otras personas. Era muy emotivo ver los reencuentros de la gente, parejas, niños con sus padres o tíos, etc. Yo simplemente me abalancé sobre mi amiga a lo que esta rió, Hayden nos miraba con una sonrisa en la cara.
-Oye deja un poco para mí no?- dijo mi hermano divertido.
La solté y con cara de niña le dije
-Envidiosilloo..-
Brooke rió y fue a los brazos de su novio, quién le abrazó y luego se besaron tiernamente. Yo estaba algo incómoda en la situación pero supongo que se habían echado mucho de menos.
De camino Brooke nos contó todo con lujo de detalles, la relación con su hermana, el novio de esta, lo de la boda, sus tíos y primos, etc.
La mañana pasó más tranquila y en general la tarde. Le ayudé a desempacar las cosas y ganduleamos el resto del día.

Pasaron los días sin muchas novedades a destacar excepto el hecho de que Rubén posiblemente volvería más tarde, como una semana antes de volver al infierno llamado instituto.
El miércoles fui con Martin a surfear y la verdad estuvo genial, aprendió mucho y aprovechamos para hacer un picnic en la playa.
Era por la tarde del jueves, había quedado con Ethan, Rubén, Alexby y también le dije a Hannah que se viniera ya que se llevó bastante bien con ellos. Decidimos quedarnos en el apartamento de Ethan.
Estuvimos hablando y comiendo comida china que pedimos toda la tarde. En un momento determinado Ethan me llamó para hablar a solas y nos fuimos a su habitación.
-¿Qué ocurre ?- pregunté una vez me senté en su puff utra cómodo. Él se quedó apoyado en el escritorio.
-Hay una cosa que tengo que decirte. Es nuevo para mí y no quería comentarlo a nadie hasta tener claros mis pensamientos.- comenzó a hablar.
-Me estas preocupando.-
-Bueno iré al grano...creo que soy gay...- dijo mirando al suelo.
Mi cara era de algo de flipación, en realidad eso explicaba muchas cosas.
-Ay Ethan me alegro mucho por tí, no sé qué decir la verdad..- estaba algo bloqueada.
-Eres la única que lo sabe, ni Alex lo sabe y eso que él es mi mejor amigo. Bueno hay una persona que lo sabe y con eso voy a la segunda parte...- dió un espacio de silencio dramático- resulta que Rubén no es sólo un amigo, él también es gay y es por él por el que creo que lo soy, digamos que tenemos una "relación"-
-Vaya! Estoy algo en shock- la verdad ahora muchas cosas me encajaban, por eso estaban tan juntos y eso.- me alegro mucho por vosotros de verdad, y creo que no os debería detener lo que la gente pueda pensar.-
-Ya..eso es lo que nos detiene un poco.- me miró fijamente a los ojos para luego mirar al suelo de nuevo.
Esto estaba siendo un bombazo para mí obviamente no en el sentido negativo. Conocía a Ethan desde hace muchísimo tiempo, desde enanos. Ahora que estábamos en su habitación simplemente veía muchas fotos que tenía por allí, algunas de nosotros con Alexby de pequeños, de él con sus hermanos, etc. Ethan tenía un hermano y una hermana mellizos pero 4 años mayores que él, estos vivían ahora en España porque estaban estudiando en una universidad de allí, apenas se veían.
Pensar en ese Ethan y ver en cuánto ha crecido, me hace sentir muy orgullosa y también me hace saber que lo apoyaré siempre.
Hablamos un poco más y volvimos con el resto, me dijo que no se lo dijera a nadie porque prefería ser él es que lo dijera y yo respeté su opinión. La tarde fue más tranquila y apenas hubo nada a destacar.
Cuando volví a casa estaba esperando al ascensor cuando Jesse me sorprendió.
-Hola vecina- dijo algo más agradable.
-Emm hola- dije tímida.
-Bueno creo que es hora de que hablemos- yo no tenía ni idea de por dónde iban los tiros- sé que tú me reconociste cuando nos vimos en correos aquella vez, y yo a tí también. No he querido decirte nada hasta estar seguro de que eras tú pero al verte ahora con esa pulsera lo confirmé.- señaló la pulsera que Aaron me regaló cuando estuvimos juntos, nunca quise quitármela a pesar de todo lo que pasó. Me temía que Jesse tuviera algo que ver con Aaron pero en realidad creo que desde que lo ví lo supe.
-Mm Jesse aún no sé a qué te refieres..- dije sin querer entender nada.
-Chelsea, yo soy quién os presentó. Yo era el mejor amigo de Aaron, apenas nos vimos cuando..estábais..y luego tuve que mudarme no sé si te acordarás...- quise detenerle, ahora todo me venía a la cabeza. Por supuesto, él era su amigo, siempre lo veía cuando me encontraba con Aaron y eso. Nunca hablé mucho con él y por eso me costó reconocerlo pero ahora todo encajaba. Había cambiado mucho y ahora tenía un aspecto mas desaliñado y sobrado, cosa que dificultó el averiguar que era el Jesse de Aaron. Una parte de mí se moría por preguntarle si seguía sabiendo algo de Aaron pero a la vez no quería saber nada de él.
-Chelsea estás bien?- preguntó preocupado. Yo no podía reaccionar.
-Dios claro que sí, ahora lo entiendo, tú. Tú fuiste, tus ojos te delataron cuando nos vimos. No me lo puedo creer.- mi mente estaba bloqueada.- sigues teniedo contacto con...él?-
-Sí, a pesar de pues ya sabes, lo que pasó y eso, nunca nos llegamos a separar, siempre confié en que hizo lo correcto...- no fui muy consciente de mi acto pero lo abracé. Cuando me dí cuenta ya estaba en sus brazos con los ojos llenos de lágrimas no derramadas, y él me sujetaba fuertemente mientras me tranquilizaba. Si algo ya faltaba en aquella situación era Martin, quién acababa de aparecer en mi mente y me aferraba a el Martin de mis pensamientos para no derrumbarme en aquel momento. Pero según la ley de Murphy, si algo peor puede pasar, pasará. Y eso fue lo que ocurrió.

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