Capítulo 11 : Camino parte II

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Por fin en la cima de la montaña, y  luego de caminar largo rato para encontrar una nueva entrada, hallaron un nuevo agujero por donde introducirse,  pero estaba bloqueado otra vez

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Por fin en la cima de la montaña, y luego de caminar largo rato para encontrar una nueva entrada, hallaron un nuevo agujero por donde introducirse, pero estaba bloqueado otra vez. Bill, con recelo intentaba suponer si podría abrirse paso esta vez entre las enormes raíces que se entrelazaban y hacían el paso imposible.

Respiró inquieto e intentó calmarse, para que el Origen, si es que los veía, no se diera cuenta que perdía la paciencia. Examinó el lugar, y observó  a lo lejos el lugar donde había caído su cuchillo que ya no podría recuperar. Murmuró sus clásicas maldiciones y retrocedió al darlo por perdido. Luego recordó los explosivos que traía consigo, pero de inmediato los descartó por que no había espacio suficiente para ocultarse y permanecer seguros. Comenzó a revisar su traje y el bolso, porque no recordaba bien el equipo que cogió y por suerte encontró una pequeña pistola laser que le vendría bien en esta ocasión. Pensó en el Origen y en las consecuencias de usar esta arma, porque se ya se había alterado con un pequeño corte, no quería imaginar lo que haría con una quemadura. Observó la entrada y después miró el arma. Se concentró en lo que haría, miró a la chica que se estaba parada junto a él, y le preguntó:

—¿Tienes alguna idea? Yo tengo una, pero no sé si será conveniente después del ataque.

—Creo saber por dónde podemos pasar, pero nos tomara un poco más de tiempo. No creí que sería tan difícil.

—No podemos arriesgarnos a perder más tiempo. Lori va a morir, y si eso pasa, van a cambiar muchas cosas entre nosotros.

Ella lo miró desconcertada, sin entender la real amenaza que esas palabras significaban. Le intimidó de alguna forma el tono de voz, e interpretó que se trataba de una advertencia, pero no le contestó. Solo avanzó hacia las raíces que obstaculizaban la entrada y puso su mano sobre ella, para comunicarse con el Origen. Se volteó hacia Bill y movió la cabeza porque no obtenía respuesta.

—Que tratas de decirme, no entiendo tus gestos inhumanos —dijo despectivamente con la intención de herirla.

Ella supo esta vez lo que insinuó. Sabía muy bien que era un hibrido, y que no tenía definida su especie. Muy diferente a un humano, muy diferente a su creador. Ni siquiera había visto a uno de los suyos alguna vez, era una completa extraña incluso para ella misma y esas palabras la hicieron sentir despreciada y culpable por no pertenecer a ningún lado.

—Tendremos que usar otros métodos. Lástima que perdiste el cuchillo, tienes que recuperarlo —dijo y apuntó el lugar donde había caído.

—No es necesario, tengo esta arma. Hará una quemadura y tal vez una pequeña explosión. ¿Qué creas que pase después?

—Te dije que no...

Dejó inconclusa la frase y suspiro fuerte, para luego asentir. Sabía que no quedaba más alternativa, porque el tiempo para todos se agotaba. Le hizo con disimulo un gesto a Bill para que disparara  y el Origen no se diera cuenta de lo que planeaban. Segundos después se oyó un estruendo a causa del láser y el impacto provocó que trozos de raíces saltaran por todos lados. Se encogieron para no quedar cubiertos de líquido, y la chica se agazapó y se tapó la cabeza en un comportamiento que Bill clasificó como humano. Ambos esquivaron los restos, mientras la capa de residuos saltaba y se esparcía.

Se miraron y  entendieron al instante, corrieron dentro de la montaña por el hueco que ahora les dejaba acceder, y se dieron cuenta que más raíces seguían obstruyéndo el paso, pero que Bill las hizo desaparecer hasta que ya no quedó ninguna.

El interior de la cueva no estaba cubierto de raíces como Bill se imaginaba, sino más bien parecía un laberinto hecho de roca. De cuando en cuando, al caminar se topaban con pequeños grupos de raíces inofensivas, que distaban de las exteriores en cuanto a tamaño y estructura. Siempre agrupadas en racimos sobre la roca. De cierta manera aportaban luminiscencia que daba al lugar un aspecto de ensueño. Por algunos momentos Bill pensaba estar realmente en uno, sin saber si avanzaba o retrocedía.

Cada cierto tiempo revisaba los niveles de oxígeno y del entorno, y se daba cuenta que los gases dentro del túnel habían disminuido bastante.

Caminaba detrás de la chica en silencio mientras ella intentaba escuchar pistas que le sugirieran que las raíces aparecían, o cualquier tipo de amenaza que les bloqueara el paso. Estaba aterrada, le habían encomendado una misión que era salir del planeta y ella en cambio se adentraba más y más. Se sentía confundida, y no sabía en que momento había comenzado a ser ella misma y no meros recuerdos de otra vida, porque aquí dentro de la montaña era cuando empezaba a despertar, convirtiéndose en un ser distinto de su creador. Temblaba al imaginar cómo sería su encuentro al verlo por primera vez, porque lo único que sabía era que había permanecido tanto tiempo bajo tierra oculto en las sombras, que ya no podía soportar la luz del sol. Se dio cuenta que tal vez por eso aprovechó la oportunidad de emerger en otro cuerpo sin tener claro lo que sucedería. «¿Qué tan malo es querer sobrevivir?» pensó «¿Acaso no es lo Bill quiere también?».

Cuando ya habían caminado un largo trecho, llegaron a una cueva más ancha y más alta que la anterior. Bill sintió que era un buen lugar para descansar, porque aquí no había rastros de raíces por ningún lado. No tenían noción de cuanto tiempo habían caminado porque la pantalla del traje en donde estaba la información del clima fallaba y no podían verse los datos completos, agradeció haber estado dentro de la montaña porque de seguro la tormenta estaba cerca o había llegado, y de haber estado en la superficie hubiese destruido su traje en cuestión de segundos sin que alcanzara a refugiarse. Luego se preguntó por qué las raíces eran capaces de resistir ese tipo de embestidas climáticas, y sumaba esta pregunta a todas las demás, ya era una larga lista.

—Creo que debo hacer una pausa —dijo por fin, mientras encendía una linterna y buscaba donde sentarse—. No tengo ningún tipo de información aquí. ¿Tienes idea de cuánto falta?

—No lo sé, puede que nos falte la mitad del viaje aun. El Origen está en el centro —respondió y se encogió de hombros.

Movió la cabeza completamente perdido y volvió a mirar los niveles de oxígeno en la pequeña pantalla en su brazo,  el viaje demoraba más de lo que debería.

—¿Que te preocupa?

—Quiero llegar pronto y salvar a mi chica —dijo , y rió con decepción—. Mi oxigeno no es eterno.

—¿Qué es eterno?

¿Qué dura para siempre, y mi tanque no lo es?

Lo miró sin comprender, mientras grababa las palabras y sentía que era bueno aprender cosas nuevas.

—¿Puedo preguntar?

—¿Preguntar qué? —dijo fastidiado, sin mirarla.

—Que si puedo preguntar...cosas. Para aprender —agregó, mientras se encogía de hombros otra vez.

Bill la miró y se sonrió, le divertía su comportamiento porque era justo lo que Lori haría en un momento así. No se molestó por la petición y accedió a contestar.

—¿Por qué es tan importante para ti? Ella.

Se sorprendió y vaciló sobre darle la verdadera respuesta.

Una nueva etapa entre los dos se iniciaba con esta pregunta, a pesar que a Bill no le gustaba relacionarse con ella de una forma tan amistosa. Sin embargo, la culpa lo aturdía y tener un poco de normalidad después de tantas horas lo reconfortaba, así que se relajó mientras descansaba, cerró los ojos y la escuchó.




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