Mi Tentación

Capítulo 22

—Ves a lo que me refiero —pronunció Jeremy.

—Cállate —mascullé.

—¿Ah sí?

Se inclinó hacia adelante.

—Creo que pronto te convertirás en cenizas, ese chico te quemará y su fuera te consumirá —murmuró Jeremy luego dicho esto se inclinó hacia atrás.

—Si lo sabes ¿por qué me envías indirectas?

—Porque así me gusta.

Nos quedamos callados por unos minutos. Alexis regresó con una leve sonrisa.

—Bien chicos anímense ¿tuvieron alguna discusión? Ustedes están algo tenso —dijo Alexis mirándonos a ambos.

—Solemos discutir por cualquier motivo —mencioné arrascándome la cabeza.

Alexis se mostró educado, alegre y muy social con Alexis. De hecho me sentía un poco molesta por sus pláticas debido a que recordaba constantemente los encuentros sexuales que tuve con Jeremy, eso me ardía, tenía a mi frente dos hombres que previamente había cogido, no me arrepentía nada de nada de haberle sido infiel a Alexis. No soporté las ganas que cuando Jeremy se había ido antes de que abandonara el edificio le escribí por whatsapp y tuvimos una conversación escritas antes de que abandonara el lugar.

—Perdón mi atrevimiento pero... ¿Podríamos vernos mañana en la mañana? Por favor no asistas a clases quédate en mi apartamento favor, iré allá por la mañana.
—Uyyyyy pero Juliet.
—¿Pero qué?
—Todavía no he abandonado el edificio si quieres ven, baja aquí y te apago el fuego en mi propio auto.
—No.
—Mmmmm rico desde hoy tengo ganas.

Desbloquée la pantalla, me retiré a mi habitación ya Alexis estaba completamente desnudo en la cama esperándome. Fui quitando mi ropa hasta quedar completamente desnuda, apagué las luces y me acomodé junto a él.

Alexis se giró encima de mí, colocando bien las sábanas entre nosotros, abrí mis piernas, con sus dedos abrió los labios menores de la vulva para así entrar lentamente en mi vagina, agarró mis manos colocándolas a nivel de mi cabeza entrelazadas con sus manos, entraba y salía de mí, sólo escuchándose el eco en nuestra habitación de nuestros sollozos y jadeos de placer.

Al día siguiente...

Cuando estoy casi llegando al aula me topé con Sebastián justo en ese momento me acordé de Jeremy.

—¡Oh por Dios Jeremy! —exclamé dentro de mí.

—¿Me estás escuchando? —preguntó Sebastián.

Lo miré.

—Sí, disculpa es que me acordé que tenía que hacer algo, nos vemos en la tarde. ¿Sí?—asintió Sebastián.

—Este... —pausó —. Te espero en la playa.

—De acuerdo, pero olvidé invitar a mis amigas —musité.

—Ah, no importa —contestó.

Nos despedimos y me fui. Llegué a mi apartamento Jeremy me seguía las pisadas.

—Se dice: buenos días —recalqué.

—Querida eso mismo te digo yo a ti —aseguró.

—Tengo cosas que hacer está tarde —aclaré con mis brazos cruzados.

—¿Ah sí? Y quieres que te haga el amor durante 4 horas —mencionó dejando de lado el libro que estaba leyendo.

Me aproximé a él.

—Para tu trasero de ahí y sígueme —ordené.

—¡Ah! Con órdenes y todo. ¿Cuál es tu próximo paso? ¿Sadomasoquismo? —cuestionó.

Sonreí.

—¿Te gusta?

No dijo nada, se levantó, puso sus dos manos sobre mi cintura, echó mi cuerpo hacia atrás haciéndome presión, sentí su dura erección. Incluso su cara a mi cuello.

—Descúbrelo —me susurró.

Mordió el lóbulo de mi oreja siguiendo a darme un beso en el cuello. Sentía calor, sus manos y su piel sobre mi piel era algo me excitaba. Se desprendió de mi colocándose a mi frente. Y nuestras miradas fijas en nuestros ojos.

—Vamos —musitó.

Se giró, caminó hacia la habitación, yo lo seguí, lo vi quitándose la poca ropa que llevaba luego acordándose en el medio de la cama con su pene bien erecto. Procedí a quitarme la ropa y colocarme encima de él. Jeremy me miraba con ojos de lujuria, me acosté arriba de él, uniendo mis labios a lo de él. Iba pasando sus manos sobre mi cuerpo, cuando no aguanté más la excitación despegué mis labios, tomé una postura sentada mientras introduje su pene en mi vagina, me movía arriba de él, entrando y saliendo, cambiando mis movimientos de un movimiento circular a una calgatada de caballo. En ese momento dominaba la situación Jeremy gemía y jadeaba una vez más, pasaba sus manos sobre mi cintura haciéndole presión con sus manos, cuando llegamos al orgasmo él apretó con más fuerza mis muslos dejándome una marca con sus uñas.

Me tumbé de espalda reposando por un buen rato.

—Eres magnífica Juliet —comentó Jeremy.

No dije nada, me levanté, tomé un baño cuando iba a salir del baño Jeremy me detuvo quitándome la toalla, retrocedí por su presión, giró mi cuerpo hacia el lavado estirando mi cuerpo sobre el, me apoyé con fuerzas lo más que pude, Jeremy abrió mis piernas e introdujo su pene en mi trasero, con una mano sostuvo mi pierna derecha y la otra la colocó sobre mi pierna izquierda entrando dos dedos en mi vagina.