Los cumpleaños para Seokmin nunca fueron especiales, hasta que por accidente Jun, le cambió la perspectiva.
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I heard you're feeling nothing's going right
─Papá, ¿puedes decirle a papi que me deje bajar? ─Seokmin protestó aún dentro del auto un poco exasperado.
Faltaban alrededor de 15 minutos para que su primera clase iniciara y creería que si dejaba a su papá continuar probablemente pierda los primeros minutos.
─Mingi, se le hará tarde a Seokmin ─Dongho le dio una mirada suplicante a su esposo.
─Perdón, lamento que el cumpleaños de mi bebecito me emocione tanto ─rodó los ojos quitándole el seguro a la puerta por la que saldría su hijo mientras bajaba el cristal del copiloto donde estaba Dongho, para dar su última despedida.
─Ya, nos iremos. Feliz cumpleaños otra vez amorcito.
Agitó su mano a modo de despedida viendo el coche de sus padres alejarse y cuando este estuvo fuera de su vista se dispuso a ingresar al edificio. Dio un par de pasos y antes de colocar su identificación en la entrada de la escuela para obtener acceso, un balón impactó en su cabeza.
Con una expresión de dolor, volteó acariciando la parte golpeada mientras buscaba al causante del golpe. Su vista se detuvo en Mingyu, el capitán del equipo de Fútbol americano, y los demás miembros del equipo quienes reían viendo a Seokmin directamente.
─¡Mingyu más te vale pedir disculpas o exigire tu suspensión del equipo!
Una voz, o la voz más angelical que Seokmin había escuchado en toda su vida, detuvo las carcajadas de los deportistas causándoles una repentina angustia y en menos de un segundo todos se habían reverenciado gritando al unísono un lo siento.
Seokmin no le dio atención a la disculpa obligada por tener los ojos aún en su salvador.
Moon Junhui.
La persona más popular de toda la escuela, le estaba defendiendo. Y más afortunado no podía sentirse cuando el presidente del cuerpo estudiantil, presidente de la clase 512B, capitán y flyer del equipo de porristas agregando que era el rostro perfecto más votado entre los 500 estudiantes de toda la preparatoria, se dirigía a él con una sonrisa.
─Hey, Seokmin. ¿Te encuentras bien?
─Yo, sí, estoy...ammh bien ─contestó nervioso, no era la primera vez que Jun le hablaba pero la simple presencia del extranjero tenía efectos secundarios en Seokmin.
