Capítulo IV

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Cuando por fin llegamos al hotel, frente a él, estaba estacionado el Ferrari color plata que vi antes de ir al restaurante ¿Por qué estará ahí?

-Jake.-Dije.

Jake caminaba en círculos. Eran las tres de la mañana y no podíamos dormir.

-Jake...-Repetí. Tenía la sensación de que en un momento a otro se volvería loco.

-Jake- Grité.

-¡QUÉ!-Respondió.- ¡Cállate por un segundo! Esto es malo, muy malo. ¿Qué debería hacer? ¡¡Aaahh!! ¡Lo peor es que esos idiotas saben cómo encontrarnos!-Gritó mientras caminaba por la habitación con las manos en la cabeza y mucha desesperación.

En unas horas seríamos parte de una banda de criminales. No culpo su inquietud, para nada.

Jake tomó las llaves de la habitación.

-Iré un rato a dar una vuelta, no te muevas de aquí.-dijo.

Estaba asustada. También algo sofocada así que abrí la ventana, me asomé y noto que el auto color plata seguía ahí.

Veo a alguien bajándose... sentí un vuelco en el corazón. Vi a la persona de ese auto toda llena de sangre. Un momento, ¡Yo lo conozco! No puede ser... esa persona es...

-Drake.

...

-Dra-Drake...-Balbucee. Drake calló desmayado justo después que salió del auto. Estaba sangrando. ¿Qué puedo hacer yo? Eh... Tengo que ayudarlo...

Bajé corriendo las escaleras del hotel. Al llegar a la recepción Jake estaba hablando de algo con el recepcionista. ¡Ahora que hago! ¡Si me ve aquí me voy a meter en un gran lio! Eh... entonces... ¡Saldré por la parte de atrás!

...Drake estaba tirado en el piso, sangrando, sus ojos estaban cerrados, pero emitía leves susurros y sonidos de dolor. Lo tomé por el brazo e hice que se levantara. Luego, lenta y sigilosamente (Para que Jake no se diera cuenta) me dirigí a mi cuarto de hotel con Drake.

-¡Drake! ¿Me escuchas? ¿Qué paso?-Traté de preguntar. No respondía, solo mantenía sus ojos cerrados. No me había dado cuenta que su cabello marrón era tan hermoso, caía sobre mi hombro donde estaba recostado. Más de cerca, vi que su perfil era perfecto, era como uno de esos príncipes que te encuentras en los cuentos. Era simplemente, hermoso.

-Cam...-Susurró. Parecía como si estuviera inmerso en un profundo sueño.

Lo acosté en mi cama, después, agarré unas toallitas, desinfectante, alcohol y agua, para quitarle toda esa sangre.

...

Más tarde, cuando ya estaba limpio, lo deje descansar un rato. Me inquietaba verlo de esa forma. Se veía tan solo e indefenso, quería ayudarlo, no lo iba a dejar en ese estado.

-Cam...-repitió.

-Hola... ¿Qué te sucedió?-pregunté preocupada.

-Es una larga historia, no quiero hablar de eso.- Dijo con voz ronca y con pocas ganas de hablar.

-Bien, cuando te sientas mejor me cuentas.-acepté entendiendo la situación.

En eso, Drake me agarró la mano y me atrajo hasta él, nuestros rostros estaban solo a tres centímetros de distancia.

-Oye, cuando estábamos en el tren se te cayo la billetera, te la iba a devolver pero un montón de gente me empujó y no te pude encontrar.-dijo.

-A-ah, em... está bien...-Balbuceé. ¡Por qué se acerca así de forma tan repentina! ¡Que molesto!

En un viaje a París...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora