PRESENTE.
—¿Cuánto tiempo llevas leyendo eso? ¿Acaso no recuerdas cómo leer? —La voz agotada de Sohee hizo que Shuhua despertara del trance en el que estaba inmersa. Rápidamente dejó la carta sobre la mesa de centro y se apuró a alcanzar a la señora que cargaba una caja.
—Suelte esto, vaya al sofá a descansar. —Las palabras de Shuhua sonaron como una orden, pero con la delicadeza que siempre la caracterizaba. Sohee, a paso lento llegó hasta el sofá y se desplomó en él con un par de quejidos. Shuhua se dedicó a llevar la caja a su lugar habitual, cerca del altar que la señora mayor tenía ya apagado.
—Seo Soojin y Hwang EunBi. —Leyó la señora, haciendo que Shuhua se tropezara en su lugar intentando correr hasta Sohee para poder quitarle la carta que sostenía en sus manos arrugadas. Las mejillas de la pálida chica estaban ahora tintureadas con un cálido rosa producto de su vergüenza. —¿Vas a ir? — Shuhua volvió a ver la carta en sus manos mientras se negaba a la pregunta.
—¿Por qué no?—La anciana parecía increíblemente interesada en la vida privada de la joven.
—Mejor venga a la mesa, la cena está preparada. —Shuhua dejó la carta en su bolsillo, arrugándola un poco en el proceso y luego estiró ambos brazos para ayudar a la señora a ponerse de pie.
La cena de esa noche fue excesivamente silenciosa, Sohee notaba el malhumor de parte de la menor y decidió que batallara con sus demonios internos con tranquilidad, podría interrogarla otro día.
—Mañana debemos levantarnos temprano, tiene cita con su doctor y la última vez llegamos tarde. No volverá a pasar. —Mencionó Shuhua mientras levantaba las cosas de la cena, Sohee simplemente le vio con cara de pereza y Shuhua sonrió. —Levantarse temprano una vez al mes no es terrible, al contrario, podría ayudarle.—Sohee volvió a negar con la cabeza antes de buscar su bastón, poniéndose de pie para caminar lentamente hasta encontrar el palo que le ayudaba a moverse mejor dentro de su casa.
—Está bien, pero debemos llegar temprano porque viene una clienta mañana. —Sohee se hacía camino a su habitación cuando Shuhua se le apareció de frente, casi infartándola del susto.
—¿Cómo qué clienta? Hoy ya vino alguien, quedamos de que no iba a recibir más de una persona a la semana. —Shuhua podía ser muy seria cuando se trataba de los acuerdos que había logrado con Sohee, y ese era uno de ellos.
—Ya lo sé, pero es un caso extremo. Una conocida que enviudó hace unos años y quiere reencontrarse con su viejo amor, no le puedo decir que no a eso. —Shuhua escuchó incrédula las palabras de la anciana pero finalmente sonrió, cediendo a la petición. —Está bien, si se levanta temprano entonces llegaremos a tiempo para recibir a su cliente—.
Shuhua llevaba varios años cuidando a Sohee, una anciana de ya 86 años de edad que necesitaba ayuda para casi todo menos para atender a sus clientas. Era difícil definir el trabajo que Sohee realizaba, al principio Shuhua pensó que era una especie de médium pero el nombre le quedaba corto. Con los años viendo a Sohee, Shuhua ya había visto de todo. Curaciones a enfermos terminales, viajes astrales, amarres, conversaciones con seres que ya no estaban en este mundo y más. Los clientes de la señora iban desde políticos y famosos poderosos a simples ciudadanos que juntaban algo de dinero con esperanzas de que Sohee les ayude. Daba igual si la persona le pagaba grandes sumas de dinero o si le traían alguna joya familiar a cambio de sus labores, todos recibían su ayuda y jamás habían vuelto con una queja.
Al principio Shuhua visitaba a Sohee tres veces a la semana, le ayudaba a ordenar algunas cosas en su casa y además se aseguraba de que tomase su medicina y que su salud se encontrara bien. Había sido contratada por la única hija de Sohee, jamás la había visto y simplemente le llegaba la paga a fin de cada mes. Al pasar de los años la salud de Sohee se volvió más delicada y Shuhua pasó de ir tres veces a la semana a vivir a tiempo completo con la anciana quien cada vez recibía menos clientes.
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El Presente. (SOOSHU)
Fiksi PenggemarEn el que Yeh Shuhua puede decidir si enmendar sus errores del pasado o vivir en el presente.