Un portón de madera a la antigua daba entrada a las por lo menos seis casas en terreno compartido como la mayoría de las casas en este barrio. Antes de abrir miré un rato el perro sin raza que ladraba a lo lejos, aunque estaba a menos de dos menos del portón para dentro y a pesar de saber que el ladrido o comportamiento no era por agresividad sino más bien por extrañarse de ver dos personas que jamás había visto no me atreví a entrar, no fue hasta que Carlos abrió el protón y señaló para que fuera detrás de él.Fui directamente a hacer mi trabajo en la casa número cuatro mientras Carlos registraba junto dos otra mujer la casa de la fallecida por si encontraban otra cosa.
Toque la puerta blanca con la pintura desgastada en ciertas partes, el perro en ese momento estaba sentado en el porche y deduci que el perro era de ahí. La puerta se abrió y un hombre de unos 65 años la abrió con una sonrisa en la cara, me invitó a pasar y lo primero que hice fue observar si había rastro de otra persona en la casa, pero aquel señor estaba solo.
Nos sentamos en muebles individuales y le pedí que dejara la puerta abierta, se notaba un poco nervioso e imaginé que el ya sabía porqué yo estaba en su casa un día de la semana a las 4:00 PM, pero no pregunte nada de a primeras. Lo dejé ha lar un montón de cosas, cosas que Ara mi no hacían sentido pero yo me distraje, no evalúe su comportamiento ni me puse a ver los detalles de la casa porque no dormí en toda la noche.
No pegué un ojo y estaba ansiosa por aquella carpeta con el asesinado de mi probable padre, muchas preguntas ocupaban mi mente. ¿Quien las dejó en administración? ¿ Quien hizo el documento? ¿ Como sabían del caso? ¿Por qué mandarmelas a mí?
Llegó un punto de aquella conversación que me estreso y fuí directa.
-Señor ¿ Usted mató a la vecina? - la pregunta fue directa demás, pero miro a mis ojos y respondió.
-Yo lo hice- no veía culpa ni resentimiento, pero veía honestidad.
La conversación más que el interrogatorio fue directo, y no mintió dentro de los eu evalúe, mandé un mensaje para Carlos y salí de la casa, no pregunté porqué, ya que eso eso trabajo de los detectives.
-Lo admitió, fue bastante rápido la verdad- le confesé a Carlos.
-¿Como le sacaste el tema?
-Solo lo pregunté, creo que le pido nervioso que no le estaba hablando ni prestando atención y cuando le pregunté solo lo admitió- Carlos me miró extrañado pero sonrió en aprobación.
-Buen trabajo Sophie - Dió una palmada en mi espalda y salimos de ahí.
Al llegar al edificio la mayoría de fue para el cuerpo de policía y yo entré en mi oficina, corregí varios documentos y leí unos libros que mi jefa me dejó como encargo, limpié y organice algunas cosas para que a las seis ya todo estuviera listo e irme.
El estacionamento del edificio queda en el sótano, bajé con unas carpetas en una mano y con la otra intentando sacar las llaves de mi bolso, coloco la llave en la entrada de la puerta de auto pero dos personas me sujetas por la espalda y me arrastran hasta un auto que estaba escondido detrás de uno de las barandas de separación.
El auto es lujoso y con vidrios oscuros, me esfuerzo en dar un grito pero antes un hombre que está sentado al frente me apunta con un arma.
-No vas a gritar- habló en voz baja y en tono ronco, pero entendí que fue una orden.
Otro hombre desde la parte delantera me coloca con paño en la cabeza imposibilitando ver alguna cosa, me quedé tranquila intentando por alguna cosa que me fuera útil, intenté sentir si estaba alguien cerca de mi o intentar lanzarme por la puerta, pero en habían amarrado las manos así que eso no resultaría en este caso, sobretodo por lo tenía idea si estaba en una calle, callejón o avenida principal.
Sentí que el auto paro en un momento después de unas cuantas vueltas, y uno de los hombres me bajó, escuché el abrir de una puerta, el cerrar de otras hasta que simplemente me ordenaron que me quedara quieta, me quitaron lo que sea que tenía sujetando mis manos y al quitar el paño de mi cabeza me quedé ciega un momento hasta que mi vista se adaptó a la luz amarilla del lugar.
Un hombre de unos 30 años estaba cómodamente sentado en una gran día detrás de un perfecto escritorio, mire el lugar con ventanas grandes y por lo que conseguía ver, era un segundo piso, no me moví esperando algo, la puerta detrás de mí estaba entre abierta pero no tenía ni idea que quien estaba detrás de ella, así que no me arriesgué.
-Ya que veo que eres más de observación que de conversación yo iniciaré el trato- estaba cómodamente inclinado con un peinado perfecto, todo limpio y un traje que se notaba valía más que todo mi guardarropa, me observaba detalladamente, y yo lo observaba a él, pero sabía que no estaba en mi trabajo, yo estaba siendo cazada.
-¿Cual trato?- pregunté sin más.
-Ayer te entregaron un documento, un documento que yo te envié sabiendo que claramente lo dejarías para después y no lo verías. Documento que tiene toda la información de la muerte de tu padre, el porqué lo maratón, y porqué de esa forma- habla tranquilo.
- Mi papá fue asesinado en un robo- afirmo con seguridad.
-¿Y porqué desaparecieron los documentos? - tomo un lapicero y comienzo a golpear la mesa haciendo un ruido estresante- Te he investigado Sophie, veo tu rutina, cuentas bancarias, salidas, visitas familiares...
Dejó la frase al aire mirándome fijamente y pienso en mi mamá, ella está sola y si es verdad podrían tenerla vigilada, corté la respiración para evitar soltar lágrima alguna, pero conseguí tener un arritmia por pánico, disimulando tragué saliva e intenté sonar convincente.
-Tengo un cargo importante en uno de los mejores grupos de criminalística, dejé mi carro en el estacionamiento y cuando vean mi auto sabrán que algo está mal, sabrán que me secuestraron.
Una leve risa brotó de su garganta y me miró fijamente.
-Mira a tu alrededor Sophie, ¿Tienes esposas? ¿Te falta un dedo?¿ Estás encerrada?- pregunta sarcásticamente pero era una pregunta retórica, él no esperaba respuesta alguna- La puerta está abierta y aquí está tu celular- lo colocó sutilmente en el escritorio- No te he secuestrado pues puedes salir cuando quieras por esa puerta y nadie te detendrá.
-¿Y porqué me taparon los ojos y me amarraron las manos para venir? Eso es un secuestro.
- Eso es parte de un protocolo- responde como chiste pero no me da gracia alguna en mi posición- Nadie puede saber dónde vivo, digamos que es... Arriesgado.
Me quedo un rato en silencio tocando nerviosamente mis manos, viendo mi celular, luego giro la vista por el ruido que hace la carpeta contra el escritorio, la misma carpeta que me fue enviada con los documentos de mi padre. La reacción me traicionó y di instintivamente un paso hacia delante, pero me devolví enseguida.
-No voy a mentirte, se casi todo sobre ti,uno de mis mejores hombres investigo muchas cosas, no estás secuestrada, repito. Pero si no quieres trabajar conmigo es esto que tengo en mente puedo fácilmente hacer que te echen del trabajo- Se levantó de la silla y observo sus ojos buscando cualquier pista de mentira, pero sus ojos casi negros engañan bien así imaginé que no estaba con un
criminal cualquiera- Tienes 48 horas para decidir, un carro te esperará afuera de tu trabajo, si decides no trabajar conmigo olvídate de saber quién fue el asesino de tu padre, y el porqué lo mataron, olvídate de tu trabajo y el seguro médico de tu madre.
Lo miré sería, con las manos por detrás par acultar los temblores, me imaginé a mi mamá secuestrada peor que yo, me la imaginé sin su tratamiento muriendo poco a poco dejándome sola, sin padre ni madre, y esa imagen no me gustó.
-Quiero ir a mi casa- fue lo único que logré decir.
Asintió, y se quedó un momento pensando el porte es de esos hombres que son elegantes pero peligrosos, así que no me atreví a decir nada que no quiera escuchar, pero tampoco me niego .
- ¡Alan!- grita y tres segundos después aparece un hombre colocando algo en mi cabeza de nuevo, siento que un hombre me agarra por los hombros y otro por las piernas, y así siento como caminan dejándome dentro de algún carro.
ESTÁS LEYENDO
El Diablo Viste Elegante
Fiksi RemajaSophia Blesser ha tenido que esforzarse con un poco más de dedicación para levantar a su madre y a ella después del repentino asesinato de su padre que las dejó devastadas. Ocho años después del incidente, Sophia tiene su vida soñada, hasta que en s...