𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟕: 𝐏𝐞𝐪𝐮𝐞𝐧̃𝐨 𝐞𝐧𝐜𝐮𝐞𝐧𝐭𝐫𝐨

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El frío de Diciembre te calaba hasta los huesos, ajusté mejor mi bufanda y seguí caminando.

—Tengo el trasero helado —se quejó Daph, ella, Ari, Mai y yo nos encontrábamos camino a Hogsmeade porque habíamos decidido comprar los regalos de navidad, sí, un poco adelantadas, pero bueno, éramos algo impulsivas.

—A ver —dijo Ari llevando su mano enguantada hacia el trasero de Daph—. Sí es cierto.

—Ariana, ya deja de tocar el trasero de todas —hablé con una pequeña sonrisa.

—Oh, ¿tu también quieres que te lo toque? —preguntó intentando soltar el brazo que iba entrelazado al mío.

—Ay dios, ya quédate quieta niña —dije riendo levemente.

—¿Y si mejor primero pasamos por un café? Es que creo que me convertiré en hielo —propuso Mai caminando a mi izquierda.

—Uy sí, que sino seré más hielo que persona —accedió Ari.

Caminamos hacia un café en la calle principal de Hogsmeade pasando de largo Las Tres Escobas que por las ventanas del local pude percibir que estaba lleno, muy lleno.

—¿Mahia cómo se llama tu novia? —soltó Ari de la nada, ya nos encontrábamos en el acogedor café degustando de nuestra bebida caliente. Mi amiga de lentes desde hace semanas venía haciéndole esa misma pregunta a Mai en momentos que no venían al caso pero nunca había logrado sacarle nada a la castaña.

—Seguirá sin funcionar Ariana —se burló la Ravenclaw dando un sorbo a su capuchino.

Ari bufó:—. ¿Pero por qué no nos dices? —se quejó apoyando su cara en la mesa mirando a Mahia como perrito abandonado bajo la lluvia.

—Ya sabes el porque, deja de insistir, sabes que no sacarás nada de mi —dijo Mai dándole palmaditas en la mejilla burlonamente.

—¿Ya saben qué me van a regalar? —preguntó Daph sonriendo con arrogancia.

—Nada —se burló Ari volviendo a sentarse normal.

—Yo sí —dijo Mai con alegría ignorando a Ari—. Tengo los regalos de todas, los que son para mi familia y de sus novios, aunque haya compartido pocos momentos con ellos se merecen un mínimo detalle por aguantarlas.

—Ay que bonita —dije con burla.

—Theo se pondrá feliz al recibir otro regalo más —habló Daph con una gran sonrisa, esa sonrisa que solo se le formaba cuando hablaba de Theo.

[...]

—Con este vestido me siento bien zorra —dijo Ari admirándose en el espejo de la tienda en la que nos encontrábamos, se había probado un vestido azul marino ajustado que le llegaba a la mitad de los muslos, y la verdad es que le quedaba muy bien.

—Yo me veo aún mejor —alardeó Daph parándose junto a Ari, ella tenía un vestido negro de tirantes de alguna tela parecida a la ceda, también era ajustado y le quedaba exactamente en el mismo lugar que a Ari.

—Ya quisieras, viborita —se buró Ari con superioridad.

—Sabes que tengo razón, Brethany. —Fue el momento de Daph de contraatacar, yo sentada en los elegantes sillones de la sala de espera miraba a ambas chicas con una sonrisa divertida.

—¿Cómo me haz dicho? —preguntó Ariana amenazante.

—Bre-tha-ny —deletreó mi rubia amiga con burla.

—¡Encontré los zapatos perfectos para ambas! —exclamó Mai llegando e interrumpiendo la grosería y contraataque que iba a dar Ariana. En sus manos sostenía dos pares diferentes de tacones, unos eran de tacón aguja color dorado y otros de un diseño parecido al de los tacones dorados solo que de color negro y con brillos plateados en la cinta que se amarraba al tobillo.

Mi Sangre Sucia ||Draco y tú|| 《T3》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora