La Biblia De Una Dominatrix © [ EN FÍSICO ]

Momentos de locura

FÁBRICA ABANDONADA DE INDUSTRIAS KADERE, SOBRE EL BÚNKER SUBTERRÁNEO DE DOMINICK LENOY.

15 MINUTOS RESTANTES.

Pov. Omnisciente.

  Alexis estaba tomando por el cuello a Bryce con toda la fuerza que podía concentrar en su mano, mientras el yacía sobre el concreto casi agonizando. Fue entonces cuando un hombre mucho más fornido que él le lanzó un golpe que pareció venir de la nada y le hizo sangrar la mandíbula apartándolo de Bryce.

—¡Aquí estabas, Bryce, pequeña rata! —Él hombre lo levantó con fuerza para intentar que se pusiera de pie mientras Iraída apuntaba a Alex con el arma.

—¡Bien hecho Rocky! —Iraída felicitó a la masa de músculos llena de tatuajes que había golpeado a Alex—. ¿Lo matamos? —Le preguntó a Bryce.

   Él se quedo mirando a Alex por un momento, tomándo aire mientras se tocaba el cuello, recuperándose antes de expresarse con sutileza.

—Soy un coleccionista, Iraída. ¡Sabes que esa no es mi forma de hacer las cosas cuando quiero añadir a un hombre a mi colección! Dejalo vivir, tengo planes para él.

—¡Como quieras! —Iraída bajo el arma sin despegar la mirada de Alex, quien no se atrevía a hacer ningún movimiento brusco.

   Bryce tomó su bolso nuevamente y se despidió de Iraída para irse.

—¿A dónde vas? —Iraída pareció preocuparse por él.

—Soy libre ahora, al fin lo soy... Dominick hizo un negocio conmigo. —Contestó sonriente.

—¿Confías en los tratos con Dominick? Bryce, no te vayas... —Ella insistió pero él solo se quedó mirandola con firmeza.

—¡Gracias por todo Iraída! —Se despidió caminando hacia atrás mientras ella negaba con la cabeza.

   Cuando se hubo ido, Iraída volteó a mirar a Alex.

—Rocky... ¡Que él venga con nosotros! —Ella ordenó y Rocky tomó a Alexis por los brazos haciéndole una llave de la que no podía soltarse, la cual le ocasionaba mucho dolor—. Y si se mueve demaciado, solo dímelo y le volaré la cabeza para que deje de hacerlo... —Amenazó.

9 MINUTOS RESTANTES

Pov. Alana.

   Dominick sonrió cuando me vio tener el control del asunto.

—¡Te dije que ella era feroz! —Se mofó de Tifanny quien solo me miraba con odio.

   Me acomodé el cabello por detrás de los hombros sin dejar de verlos ni un momento.

—Y bien... ¿Cual de ustedes quiere morir primero? —Les pregunté sarcásticamente—. Tal vez podría alinear sus cabezas y matarlos a ambos de una buena vez...