Mansión Shannel, Miami. (Al día siguiente por la noche)
Pov. Alana.
Eran pasadas las diez de la noche cuando me uní a Christian y a los demás en la piscina. Todos estaban bastante tomados, incluso él, era normal, estaba celebrando y alardeando de que tendría gemelos.
Blake también parecía estar más animado que ayer y eso me alegraba, en este momento no había nada que pudiese hacer para recuperar a sus hijos. Las únicas personas que parecían estar del todo sobrias eran él y Melinda quienes aún ni siquiera habían entrado al agua, solo estaban compartiendo un cigarrillo y hablando tranquilamente.
No podía evitar pensar en que aún no podía contarle que Dynia estaba viva, si no había manera de recuperarla, era mejor que no lo supiera.
Me acerqué despacio y me senté al lado de Alex.
—¡Alana! —Se alegró un poco al verme—. Parece que tu hombre está más feliz que de costumbre.
Alex señaló con la cabeza a Christian quien estaba intentando bailar dentro de la piscina mientras se tomaba un trago. Utilizaba solo un diminuto bañador que entre tanta húmedad dejaba ver lo prominente de su entrepierna.
—¡Déjame adivinar! ¿Vienes vestida como una monja igual que la primera vez que te vi en el Luxe Sunset Boulevard? —Melinda inhaló del cigarrillo.
—De hecho no... —Alex me miró de arriba a abajo—. Le falta poco para estar desnuda.
Traía puesto un pequeño top que dejaba casi al descubierto mis senos y la parte inferior se ajustaba con un par de tiras, resaltando mi silueta.
—¡Creo que ahora es otra la que se viste como una moja! —Le dí un pequeño empujón con mi mano en su frente—. ¿Qué pasó? ¿Dónde quedaron tus tangas estampadas en serpientes? ¿No eran tan icónicas como los boxers de gatos que está usando Austin ahora mismo. —Le dí una mirada a mi mejor amigo viéndolo con su inconfundible estampado en casi todas sus prendas inferiores.
—Sé que no puedes ver mis ojos, pero detrás de mis párpados, de hecho, estoy girándotelos.
—¡Vaya! Ya hasta haces bromas de ciegos... ¡Qué bien te lo estás tomando! —Le dijo Alexis quitándole el cigarrillo para fumarlo.
Mel pareció pensativa por un momento.
—¿Te sentiste ofendida? —Le pregunté, no quería herirla.
—¿Alana? ¿Crees que tengo cinco años? —Hizo gestos con sus manos—. Lo que estoy pensando es... ¿Enserio te estás viendo más sexy que yo?
—Ahora soy yo la que te está girando los ojos, aunque tampoco puedes verlos. —Reí.
—Lo hace... Se ve jodidamente más deliciosa que tú. —La re mató Alex.
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La Biblia De Una Dominatrix © [ EN FÍSICO ]
RomansaAlana es seductora y peligrosa, no conoce límites, está decidida a destruir a cada hombre que se interponga en su camino. Ella buscará la venganza en contra de aquel que en realidad la hizo sufrir en cada rostro masculino que pase por su negocio. ¿Q...