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Extraño...

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Era fin de semana, ¿y saben que se hace en los fines de semana?

Sí, acompañar a tu amiga al supermercado por provisiones y limpiar sola la casa. Claro que todos los días se hace limpieza, ya saben, barrer, lavar, planchar y esas cosas pero, el sábado, el sábado es un día "especial" para nosotras, pues en ese día es cuando hacemos un aseo completo al departamento, una costumbre de hace años. Una ley en esta casa.

Nadie se libra de los sábados de limpieza completa. El mundo podría estarse acabando por completo y estos seguirían en curso.

Mi yo de hace dos años con diarrea crónica y jaqueca de los mil demonios se los confirma.

Aunque ahora gracias a que Jess consiguió trabajo, está ocupada en la habitación hundida en papeles, organizando documentos, verificando números y todo ese rollo, al menos el cincuenta por ciento de lo que antes hacía con ella ahora me tocaba hacerlo sola y tenía que resignarme. Aunque mi postura de que esto es realmente injusto no me lo quita nadie.

...

Después de terminar con el área del baño del departamento, tenía como último objetivo la habitación principal, la única. Era algo espaciosa y grande, pero tenía una rotunda fé en que acabaría pronto y eso me motivó mucho más.

Comencé barriendo y quitando los pequeños restos de basura de los muebles, luego usé la aspiradora y algunos trapos y jabón para limpiar el espejo del tocador y lo demás. Al último tocaba trapear. Cuando terminé estaba exhausta, mi cara estaba roja y caliente, pequeñas cantidades de mi cabello cenizo se adherían a ella por el sudor que mi cuerpo emanaba, se sentía realmente molesto.

Decidí esperar a que el calor se me bajara y fui al baño para refrescarme.

Ahora mi otro único objetivo era tomarme una ducha y una buena cerveza de raíz.

—¡Termine el reporte Adora! haré lo mío ahora mismo no te preocupes—habla Jess al salir de la habitación.

—Va que va, asegúrate de que toda la ropa esté ahí—comenté desde la cocina.

—Mmm, lo haré—en menos de cinco minutos lo tiene todo en un enorme contenedor.

—No te olvides de las cortinas y las sábanas—ella inspecciona el tumulto de ropa asegurándose de que no faltara nada, toma las llaves del departamento se despide de mi exigiendo que no tome más de una cerveza y coge camino a la lavandería.

Al acabar con el contenido de la botella de cristal, recorro la sala hasta llegar a la habitación, tomo algunas prendas limpias y de nuevo sigo el mismo camino pero ahora dirigiéndome hacia el baño.

Cuando estoy en medio de la ducha escucho la puerta abrirse sin sorprenderme pues sabía perfectamente quien era, aunque unas palabras dichas por ella llamaron mi atención.

Disminuyo la fuerza con la que disparaba el agua dejando a mi cuerpo desnudo temblando levemente y enfoco mis oídos a más no poder hacia la conversación, telefónica supongo yo.

FAKE PROTAGONISTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora