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- No es justo, los de fútbol si pueden tener poristas, no entiendo porque nosotros no —Renegó Tanaka.

-No es para tanto, además nosotros ya tenemos quienes nos animen.

-Pero no usan lindas faldas mientras cantan "Tanaka te amamos! Tanaka te amamos!"

El albino lo miró con cierto asco antes esto. En el fondo, Yachi había escuchado aquello, por una parte se sintió contagiada por el entusiasmo del chico.

-Yo puedo diseñar un traje si quieres, Tanaka —Dijo tímida la rubia— Aunque no se quien lo usaría.

- ¡¿De verdad?! —Sus ojos brillaron de emoción— Te lo agradecería mucho, con suerte lo usara Kiyoko.

- No lo haré—Respondió la mencionada al instante.

La chica se tomo toda la tarde diseñando y confeccionando lo que para ella era el mejor traje de animadora para el equipo. Un poco ajustado top con el nombre del equipo en el centro y una linda falda de volantes, ambas cosas con los característicos colores azul oscuro y naranja, hasta se tomo la molestia de hacer un par de pompones.

- ¡Ohhhh! Es tan lindo —Exclamó Tanaka— Definitivamente se nota el esfuerzo.

Los chicos miraban aquel traje confundidos, sin lugar a dudas era bastante lindo pero inútil cocniderando que nadie lo usaría.

-No puedo creer que hayas hecho que ella hiciera algo así —Regañó Daichi— Es lindo, pero es básicamente un adorno sin propósito.

Era cierto, ni la rubia ni la pelinegra lo usarían y al no haber ninguna otra mujer en el equipo, aquel traje estaba destinado a quedarse empolvadose.

Por momentos los chicos se quedaron en silencio, como si pensarán una solución para aquello, hasta que Nishinoya levantó la voz.

- ¿Y si hacemos papelitos con los nombres de cada uno y al que le toque se lo pone?

- Sería dejarlo a la suerte —Habló Hinata— ¡Podría ser divertido!

- Ahm, ¿no creen que el traje es un poco pequeño para algunos de nosotros? —Señaló el pecoso.

-Entonces tendríamos que dejar fuera de esto a Asahi y Tsukishima, creo que los demás aún podríamos usarlo —Agregó el pelinarnaja.

Tsukishima no reaccionó, después de todo no pensaba participar en dicha tontería, mientras que Asahi suspiró con alivio.

Daichi y Suga se encargaron de hacer los papelitos y revolverlos adentro de una bolsa.

- Bien —Llamó la atención el albino— Sacaremos 3 papelitos, los primeros 2 están a salvo pero el tercero tendrá que usar el traje.

La tención se sentía en aire, todos miraban atentamente como el capitán metía la mano en aquella bolsa.

-¡Kageyama! —Primer papel— Felicidades, estas a salvo —Tomó otro papel— ¡Nishinoya! Por poco te toca a ti—Metió su mano de vuelta, esta vez se sentía el nerviosismo del equipo— ¡Yamagichi! Oh no, lo siento mucho.

El chico ee pecas sintió como su corazón dejo de latir por una fracción de segundo, su ligeramente opaca piel se padeció en un instante.

Tendría que usar una falda.

El rubio lo miró sin decir nada, dentro de si mismo solo pensaba "No debiste unirte a ese juego tonto".

Hinata llevo casi a rastras al helado chico peliverde para que se pusiera aquel dichoso atuendo. El gimnasio se quedo en silencio una vez más, todos esperaban ver aquel resultado. Por una parte sentían pena por el chicho pero el morbo era fuerte en sus jóvenes mentes.

Finalmente Hinata regresó, tenía una sonrisa pintoresca en su rostro.

- ¡No sean malos con él! —Advirtió— Ven Yamaguchi.

El chico entro con sumo nerviosismo, los ojos del equipo se centraron en él.

El top si era ligeramente más pequeño que el torso del pecoso por lo que este le quedaba algo pegado a su cintura, mientras que la falda le quedaba un poco más arriba de las rodillas.

Yamaguchi siempre ha sido alguien muy delgado, por lo que daba la sensación de que cintura tenía algo de forma sin perder su contextura masculina, su abdomen que poseía las costillas un tanto notorias, aquella falda estaba hecha de tal manera en que sus caderas se veian muy ligeramente redondas y sus piernas están bien trabajadas pero esbeltas.

De repente, daba la sensación de que el pecoso tenía un cuerpo bastante sensual.

- ¿Eh? ¿Me veo tan mal? —Preguntó— Esperaba burlas pero no han dicho ni una sola palabra.

- Te ves muy bien —Dijo Kageyama mientras intentaba apartar la mirada del chico.

- ¿De verdad? —Comenzó a moverse como si tratara de modelar— Pensé que me veía muy horrible dado a que nadie decía nada.

- ¡Eres un gran modelo! —Dijo emocionada la pequeña chica— Ohh, Yamaguchi ¿Te importaría ayudarme a modelar la ropa que diseñe? No me refiero que solo ropa fémina sino también masculina, tu cuerpo es el ideal para el modelaje.

- ¿M-modelar? No, no, no soy un buen modelo aunque si necesitas ayuda puedes contar conmigo —Respondió avergonzado.

El grupo comenzó a hablar con el chico de la falda, alargando entre risas lo extremadamente bien que le quedaba aquella ropa.

Todos menos, Tsukishima. Simplemente lo veía en silencio.

Oh no, parece que el chico de lentes acaba de descubrir que tiene un fetiche.

Aquel juego terminó con la llegada del entrenador Ukai y el profesor Takeda, quienes pese a no estar de acuerdo con dicho juego, les causo algo de gracia lo peculiares que podían ser los jóvenes de hoy en día.

El día había pasado, el pecoso caminaba con el rubio hacia sus respectivos hogares.

- Oye, Tsukki.

- ¿Mhm?

- ¿Me veía bien con la falda?

Esa pregunta casi hace que el del lentes se tropezara.

- ¿Que más da? Era un juego absurdos —Mantuvo a como puedo la serenidad.

- Es que fuiste el único que no dijo nada, Kageyama me dijo como 8 veces lo bonito que me veía.

-Tsk —Chasqueo la lengua indignado— Lo que él diga no importa, olvídalo.

-Me daba mucha vergüenza pero admito que la falda es cómoda, no entiendo porque no hacen faldas para hombres —Dijo con tanta naturalidad que el rubio se sintió muy ansioso— Yachi es muy buena, hasta me la regaló.

El rubio apretó sus manos, aquella imagen de su menor amigo usando una linda falda lo perturbó, porque se veía tan bien y eso no era racional.

- ¿Para que quieres la falda?

- Claramente no la voy a usar en publico, pero creo que sería muy comoda para dormir.

Otra culposa imagen mental llego a su cabeza, imaginar a aquel chico postrado en la cama con una extremadamente ligera tela su parte intima era dañino para su consciencia.

Mordió su labio, se sentía más impaciente, deseaba llegar a su habitación y encerrarse toda la noche, a este punto se sentía incapaz de mirarlo a los ojos.

El camino se sintió como una tortura para el de lentes, el alivio que sintió al despedirse del pecoso fue muy notable. Al llegar a su casa, saludo a rápidamente a su madre y puso de excusa que se sentía demasiado cansado, por lo que pudo evitar la cena.

Se dejo caer con pesadez en su cama, su cabeza dolía. Cerró sus ojos intentando conciliar el sueño pero no lo logró, aquellos pensamientos indecentes lo envolvieron una vez más.

-Yamaguchi idiota —Dijo entre dientes— Eres tan... idiota.

Su rostro estaba completamente enrojecido al darse cuenta de aquel bulto en su pantalón.

"Esto debe ser una broma" pensó con frustración.

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Ignoren esto^^

Nice, Tsukki! [Tsukiyama]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora