05. Capítulo cinco

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BaekHyun no quiso salir de la escuela. Le recomendé ir a una cafetería cerca para pasar el rato, pero él se negó diciendo que quería estar dentro del colegio, así que no insistí más.

—¿Y qué más cuentas de ti, ChanYeol? —me pregunta BaekHyun mientras caminamos a la cafetería del colegio. Es fácil y rápido moverse por los pasillos cuando no hay nadie transitando por ellos.

—Pues... no mucho, creo —le digo—. No soy precisamente interesante, de hecho... soy como un libro abierto. Solo tienes que ponerme mucha, mucha atención para deducir cómo soy y lo que soy.

—Uhm, entonces no eres como un "libro abierto", sino más bien como... un reflejo.

—¿Un reflejo? ¿A qué te refieres?

—Sí —me dice—. Un reflejo a veces muestra más de la realidad del objeto al que imita. Tú eres una versión más honesta de ti mismo, pero aún así, el objeto original guarda secretos que no son visibles en el reflejo.

Abro la puerta de la cafetería para que BaekHyun pase, después entro yo. Las únicas personas que están son los conserjes de limpieza.

—Un reflejo... —me quedo pensando, meditando las palabras y saboreando su significado, y sin mucho éxito, vuelo a hablar—: ¿Qué te parece si hablamos mejor de ti? Seguro tienes más que contar.

No me agrada hablar de mí, no soy precisamente bueno hablando de lo que soy, así que, le invito a compartir de él. Y no, no es que lo hiciera con la intención de sacar más verdad sobre su bolsa en la cabeza, pero pasa ser exactos, sí, era eso.

—¿Lo dices por mi bolsa en la cabeza? —me dice entre risas; asiento con honestidad—. Verás, en Corea existen chicos que quieren ser ulzzang, idols o actores... bueno, yo quiero usar una bolsa en la cabeza, ¿qué tiene de malo eso? Es mi meta en la vida.

Suelto una carcajada.

—Supongo que no tiene nada de malo, BaekHyun.

—No, absolutamente nada de malo.

Salimos por la otra puerta de la cafetería, una vez más nos encontramos en los solitarios pasillos. Confieso que la falta de gente me comienza a incomodar, extraño sentirme protegido ente los cientos de adolescentes pasando a mi alrededor.

El atardecer atraviesa las ventanas pintando los pasillos de colores amarillos y naranjas, me siento más tranquilo con el sólo hecho de que la luz del día aún no me abandone. No quiero perder la luz.

—ChanYeol... —la voz de BaekHyun me distrae de mis crudos pensamientos. Le digo con la mirada a que comience a hablar— ¿A qué le tienes miedo?

Siento como la pregunta sale de su boca en forma de letras flotando en el aire, así de pesado siento aquel simple cuestionamiento.

¿A qué le tengo miedo?

—Creo que... —pienso muy bien la respuesta que estoy por dar, al final, sólo digo una mentira—: no le tengo miedo a nada.

Byun se detiene, así que yo hago lo mismo. Me mira sin decir nada, al menos, eso supongo porque yo estoy mirando solo una bolsa con una carita sonriente, y no sé cómo sentirme al respecto, sé que debajo de ese papel existe un rostro humano... pero aún dudo sobre la expresión que tendrá, dudo sobre lo que representa él.

—Así que... sin miedos, ¿eh? —se mofa—, ¿ni siquiera a la muerte?

Esta vez me siento más interesado por el tema, me coloco frente a frente con él y contesto:

—Estar vivo es un estado del ser humano, largo y temporal, eso lo sabe todo el mundo. La muerte es algo inevitable y seguro, no veo por qué tenerle miedo.

Yo no tengo miedo a morir, incluso, a veces recibo a la muerte.

—Yo sí tengo miedo de algo, ChanYeol —habla. La bolsa de papel se levanta ligeramente cuando me mira, dado que soy más alto tiene que alzar la mirada—. Mi miedo es a que las personas mueran, pero no a que mueran por su propia voluntad.

Ese día, esa misma tarde, me di cuenta de que BaekHyun es más intrigante de lo que parece. Y no, no era por su bolsa en la cabeza, sino por ser simplemente él. Y eso estaba mal.

Paper Boy | ChanBaekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora