Capítulo uno

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El día soleado es el mejor que puede haber en el mundo.

Los pájaros cantan todo el tiempo, los animales salen a tomar el sol y a jugar entre ellos, el agua es el elemento perfecto para refrescarse, puedes salir a jugar entre la flora y disfrutar de un clima fresco y tranquilo.
Y eso es lo que hacía una persona.

Naruto Uzumaki Namikaze.
Era conocido por todos gracias a su cabello rubio que brillaba como el sol.
Sus ojos azul zafiro que eran comparados a un cielo despejado o un mar hermoso.
Su piel algo bronceada y con tres marquitas en sus mejillas que lo hacían parecer un lindo zorrito.

Esas cualidades eran lo que más destacan del rubio, además de tener una actitud imperativa pero noble.
No dudaba en ayudar a las personas y más si se trataba de su familia.

Naruto disfrutaba del día perfecto, jugando con los animales que se le acercaban, oliendo flores e imaginándose escenarios divertidos.

Jugaba como nunca con los zorros que aparecían, eran amistosos y hablaba con ellos, o al menos imaginaba que los entendía... hasta que fue llamado por cierta persona.

- Cariño, puedes venir por favor.- pidió amablemente una mujer.

El rubio al escucharla, se despidió de los zorros y corrió hasta llegar y entrar a la casa en la que habitaban.

La casa era pequeña pero era perfecta y acogedora, además de tener un ambiente cálido.

- ¿Qué sucede, okāsan?.- preguntó el ojiazul.

Kushina Uzumaki.
Una mujer de largos cabellos rojos, piel blanquecina y ojos gris-violeta.
Kushina era de temperamento generoso y amoroso pero también era de temperamento autoritario y si la hacían enojar, era mejor que escaparas.

- Tu abuelo a enfermado.

- ¿Ero-ojīchan enfermó?.

- Si y necesito que le lleves ésta canasta.- habló con dulzura, mostrando una pequeña sonrisa sincera.

- ¿Qué contiene?.- volvió a preguntar el rubio.

- Tiene pan, leche, galletas, miel y una botella de sake.- contestó con amabilidad la pelirroja.

- ¿Sake?. Creía que estaba enfermo.

- Lo está, pero con Sake se recupera.

Naruto sólo prestaba atención a todas las advertencias y consejos que le daba su madre.
Sabía que su abuelo vivía al otro lado del bosque y era muy peligroso tener que cruzarlo.

Podía encontrarse con ladrones, animales salvajes, pervertidos y por último y no más importante, podía encontrarse con el lobo.

El lobo del bosque era reconocido por ser alto y de color negro. Además de que no tenía piedad por nadie.
Si veía pasar a una persona o animal, éste los asesinaba, ya sea como alimento o diversión.

Pero eso a el no le importaba.

La familia era la prioridad y aunque su abuelo era un viejo pervertido y alcohólico, era una persona amable y no dudaba en ayudar a los demás. Y con esa idea, estuvo más que decidido en ayudarlo.

-v-

Naruto estaba saliendo de su pequeño hogar.
Llevaba un vestido rojo con un delantal blanco que le llegaba arriba de las rodillas, unas medias de seda de color negro, zapatos de charol rojos, una diadema con un moño rojo y una capucha igual de color rojo.

Después de despedirse de su hermosa madre, emprendió su camino a la casa del abuelo.

- ¡Recuerda no hablar con extraños y ten cuidado con el lobo!. ¡Cuídate!.- gritó como advertencia la pelirroja.

- ¡Si okāsan, cuídate y cuida a otōsan también!.- respondió el rubio, alzando una mano en forma de despedida y desaparecer entre los árboles.

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Okāsan: Madre
Ero-ojīchan: Literalmente Abuelo pervertido.
Otōsan: Padre

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Nueva historia, wuuuuu.

Caperucita fue una de las historias que me marcó de pequeña, era una de mis historias favoritas y más cuando aparecía el lobo (por una extraña razón) y además de que me inspiré en la imagen de la portada, pues decidí escribir esto.

Siendo sincera no se como terminará esto, sólo pensé en el capítulo y lo escribí, pero sólo espero a que termine bien hshs.

Eso es todo.
Tengan un bonito día mis panes <3

~ Pan_leche.

Pd. Si ven algún error ortográfico, haganmelo saber.

Caperucita Uzumaki (SasuNaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora