♡Parte 1

802 48 7
                                    

El viento frío corría entre los frondosos árboles y de vez en cuando arrancaba hojas de las ramas más altas, haciendo que con un suave compás ante una canción silenciosa fueran depositándose entre la tierra que se alzaba al pie de los troncos. El cielo estaba ligeramente nublado y cubría los rayos del sol, pero aún así, no había indicios de precipitación.

Por eso la escuela de la zona había mandado a sus estudiantes a una práctica de campo; O quizá sería más preciso decir que a una exploración de tesoros, que consistía en buscar las plantas que había en la lista que su sensei Orochimaru les había dado minutos después de que bajaran del camión escolar —y de decirles con quién formarían equipo—, pero la maldita hoja de papel carecía de imágenes y a veces hasta de los nombres comunes. Orochimaru incluso había revisado que entre las mochilas de sus alumnos, nadie llevará un acordeón para checar las plantas; Al sensei de Biología les gustaba joderles la existencia de vez en cuando —o eso decía su pequeña sonrisa de satisfacción—.

Sin embargo, ya saben cómo es eso de formar equipos —casi—al azar: Siempre te puede tocar con la persona que más te gusta, o, por el contrario, con la que más detestas.

Ese era el caso de un pelirrojo algo bajito, de cabellos desordenados que caían rebeldes sobre su frente y amenazaban con picarle uno de sus ojos cafés grisáceos, tez blanca, nariz fina y unos rasgos en general angelicales —aunque él detestaba que lo miraran como niño que no rompe un plato—, y otro poco hermosos; La cosa era que Akasuna no Sasori, detestaba a tres de los que se hallaban integrados en su equipo a orden de Orochimaru.

Incluso a pesar de que conviviera con ellos la mayor parte del tiempo en Akatsuki —una especie de organización estudiantil que se encargaba de los talleres, derechos obligaciones de los alumnos—, no significaba que fueran a agradarle. Y para su mala suerte, le habían tocado a quienes menos soportaba —incluyendo aún a su mejor amigo—:

El primero que Orochimaru llamó para que formara parte de su equipo fue a Tobi Uchiha, un joven de cabellos y ojos negros como el carbón, con la piel blanca, bastante alto y de una sonrisa permanente pintada en el rostro; Era de por sí bastante irritante por ser un completo idiota, aunque el buen chico estudiaba y sabía varias cosas, se trataba de alguien torpe y de mañas demasiado —y eso sería quedarse corto— infantiles. La mayor parte del tiempo, el Uchiha lograba sacar de quicio a cualquiera…

Después lo había llamado a él. Con una cara de molestia, Sasori esperó hasta que el buen chico se arrimó a él y le pasó un brazo por los hombros.

—¡Qué bueno que me haya tocado con usted, Sasori san! — le grito Tobi prácticamente en el oído. El pelirrojo frunció el ceño y lo empujo hasta que el otro terminó en el suelo —.¡Ah! Qué malo es usted, Sasori san…

No se digno a contestar, porque Orochimaru tomó su lista y, como si Kami samma lo odiara de verdad, hizo que el sensei escogiera a la segunda persona que más le ponía de los nervios: Hidan.

—¡A la mierda! — gritó el chico de cabellos plata y ojos violeta —.No quiero estar con el idiota de Tobi y el tipo con complejo de Pinocho.

Orochimaru fulminó con la mirada a su alumno.

—Quizá prefieres estar con Kakuzu otra vez, ¿no? — le preguntó, hastiado. En ese momento, se escucharon dos gritos simultáneos, tan a coro (y de dos que jamás coincidían en nada), que los alumnos rieron a carcajada limpia o simplemente arquearon ambas cejas.

—¡NO! — gritaron los dos, y enseguida se miraron algo sorprendidos. Orochimaru asintió.

—Entonces Hidan, a con tus compañeros— le ordeno el maestro y a mala gana, el otro se juntó con Tobi y Sasori (el buen chico solo le sonrió, parándose del suelo y sobándose el adolorido trasero) —.Y no causen problemas, ni se insulten— hizo una pausa antes de volver a su lista —.Y eso va explícitamente para ti, Hidan.

Sentimientos renegados  [Itasaso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora